1/05/2007

Veinte Cero Siete

Feliz año nuevo a todos! Les deseo un 2007 "de puta madre", para estar acorde con mi ambiente de las últimas semanas, la siempre ruidosa, loca y exuberante, pero encantadora ciudad de Madrid! El Año Nuevo aquí fue una locura, que nos absorbió a los 5 chilenos protagonistas de la velada de Nochevieja! Para resguardar sus identidades me referiré a ellos como A, B, C, D y E. El orden de asignación de letras es un criterio solo por mi conocido...
Las preparaciones del evento consistieron en dos pasos fundamentales: el primero, comprar el cotillón. En esto se vieron envueltos solo A, B y C, el resto (o sea D y E, para que nos vayamos entendiendo) se abstuvieron, conscientes de que el suelo de la Puerta del Sol iba a estar repleto de pelucas sucias y sudadas el 31 en la noche. Lo segundo, preparar la indispensable cena antes del carrete. Nuestros benefactores mis tíos Jorge y Pindi se pusieron, el primero con la casa, y la segunda con dos botellas de vino, un tarro de espárragos, patés varios y una enorme caja de polvorones y otros dulces navideños. El resto lo completamos nosotros: pan, galletas saladas, tortilla de patatas, queso brie, dos botellas de ron y por supuesto, las uvas de la suerte. Todo esto había que acabárselo, por supuesto, antes de las 11 y media, para alcanzar a llegar a la Puerta del Sol a comerse las uvas junto con las campanadas que indican la llegada del año nuevo!



Y bueno, transcurrió la cena tranquilamente, después de comer y bajarnos el vino, A, B y C comenzaron a ataviarse en sus trajes de fiesta, mientras D y E preparaban los cubatas que debían acabarse rápidamente. Una hora y media más tarde, quedando sólo media botella de ron, la cual fue debidamente aprovechada en sendas botellas de agua mineral, nos subimos al metro, con dirección a Sol.
En el metro el ambiente era de jolgorio absoluto. D empezó a desgranar las uvas del rácimo para colocarlas rapidamente en una bolsa de plastico del Carrefour. Unos portugueses, ruidosos y un poco impúdicos, tuvieron el descaro, una del grupo, de desamarrarle la polera a B, sin razón aparente. Ahí nos dimos cuenta que había que cambiar el enfoque. No podía ser que los más ruidosos fueran ellos, así que, motivados por quien sabe qué cosa, hemos empezado a entonar canciones. Y desde ahí no paramos hasta el final de la noche... Y una de las revelaciones de la noche fue bajándonos del metro, cuando E entonó unos versos conocidos por ser de la canción que inauguró las emisiones de MTV Latino hace algunos años ya. Todos concordaron en que era un temón, y fue, sin duda, el himno de la noche. Lo curiosos es que la parte que hace referencia a los "sudamerican rockers" nos imbuyó de un espíritu bolivariano acrecentado por el hecho de ser sudacas en la Madre Patria, lo que fue, claramente, otro de los temas de la noche.
Llegando a sol, entre saltos y cánticos, a codazos tratamos de pasar lo más adelante, pero no fue posible avanzar mucho, estaba repleto... Ahí nos dispusimos a esperar las campanadas para comerse las doce uvas los últimos segundos del 2006. Pero entre tanto grito y alboroto, de repente salen los fuegos artificiales (harto pobres en todo caso), indicando no solo la llegada del 2007, sino que nunca escuchamos las campanadas, por lo que nos metimos las uvas de un puñado para adentro, y chorreando jugo de uva, los tradicionales abrazos, aunque tradicionales para nosotros, que acá no es costumbre. Entre tanto, B o C (ninguno de los dos se atribuye la culpa, sino que se la echan mutuamente) conocieron a un chileno cuarentón fome llamado Claudio, y por alguna razón decidieron que lo óptimo era irnos a su casa, que según él era bastante cerca. Entre el apuro por usar un baño, y la falta de alcohol que Claudio permitió suplir, nos fuimos a su casa.
Pero el problema del alcohol se vio por completo superado en cuanto E primero, y C después, encontraron tiradas en la calle, separadas por una cuadra, dos botellas de vodka abiertas, pero llenas hasta arriba. El desconcierto inicial se transformó en júbilo cuando E comprobó que el líquido en la botella era de hecho vodka, por lo que seguimos en dirección a la casa de Claudio, ahora ataviados con dos botellas llenas! Llegando a la casa de Clauio, que no era ni cerca ni nada, nos instalamos un rato para que A superara su innegable borrachera con la ayuda de B y C, mientras que D y E se enfrascaban en una conversación absurda con Claudio tomando vodka naranja con los jugos que E había comprado en una bomba de bencina para hacerle honor al vodka. Superado el impasse de A, todos bajaron a la calle con intenciones de arranzar lo más rápido posible de ahí, menos D, que sin entender nada se quedó en la casa de Claudio diez minutos más pensando que todos andaban por ahí. Cuando D bajó, seguido de cerca por Claudio, al grito de corran empezamos a correr sin rumbo alguno para escapar de aquel latero. Él debe haber pensado que le desvalijamos la casa. No fue así, aunque E se llevó de recuerdo el vaso plástico en el que tomaba el vodka.
Caminando llegamos a la Plaza 2 de Mayo, en el corazón del barrio de Malasaña, bohemio y "cutre", pero divertido. En el camino, nos sumamos a cuanta foto se sacaba la gente en la calle, y si eran latinos mejor, después de sacarnos fotos con la bandera de Venezuela, entonamos un ceacheí coreado por otros latinos de por ahí. En la plaza entramos a un bar donde ya habíamos estado todos antes, y E evidenció su estado etílico al invitarnos roncolas a todos, aunque a casi todos, porque la plata se le acabó. Pero bueno, alcanzó para B, D y E. Salimos a la plaza con los vasos de vidrio, conocimos a un mexicano y un paraguayo, que le ofreció un vaso de whiscola a E, el que nunca más fue devuelto... Todavía con los vasos del bar, nos fuimos de ahí, para hacer un salud en medio de la calle, que terminó con el vaso de B roto y botado por ahí. Así mismo, el de E fue disparado poco más tarde, mientras que el de D quedó en una esquina de la calle Fuencarral. Caminando llegamos a la calle Hortaleza, donde nos percatamos de una fiesta privada a la que dos españoles trataban de colarse. Y para no ser menos, a eso nos unimos en el intento! Subimos al segundo piso, los españoles tocan la puerta que se abre unos centímetros, otro español nos pregunta que quienes somos, españoles responden que nos invitaron por el balcón, y acto seguido nos cierran la puerta en la nariz, entre gritos de "la contraseña es Tutankamón" y demases.

Ya abajo, les gritamos que ellos se lo perdían y entramos a otro bar, después de que el guardia obligara a C a sacarse la peluca, ya que en esa fiesta no estaba permitido el cotillón. La cosa no prometía pero entramos igual. Al segundo nos dimos cuenta que la cosa era una lata así que salimos, pero entre medio E se había comprado una botella de cerveza, y no lo dejaban salir con ella, a lo que enfurecido respondía despotricando contra el español opresor del pueblo latinoamericano. D calmaba los ánimos hasta terminada la cerveza, en donde ya queríamos ir a bailar. Sin conocer muchos lugares, A, B y C propusieron ir a Medaigual, una discotheque del barrio gay a la que habíamos ido hace poco. Sin embargo D, que supuestamente se ubicaba, estaba más perdido que nadie, y preguntando lograron llegar a la plaza de Chueca, pero jamás encontraron el local buscado. La cosa estaba bastante hetero para ser el barrio gay, de hecho ni se notaba.

Ahí tratamos de entrar a un local. D preguntó en la puerta cuanto costaba la entrada, 3 euros. Y la copa adentro, 6 euros. Y por alguna razón, porque le parecía muy barato, pregunta "Me estás vacilando?" a lo que el guardia responde "pues ya no puedes entrar!"... Entre risas nos dirigimos al local de al lado, donde entramos raudamente y pasamos el resto de la noche bailando Paulina Rubio y esas cosas que se escuchan acá. Un poco más tarde, B, C y D se encontaron afuera para tomar aire, y después no los querían dejar entrar de nuevo, así que se largaron a tomarse un café, mientras A y E siguieron bailando un rato más. Ya amaneciendo, nos encontramos todos en la Glorieta de Quevedo número 5, alias nuestro hogar, donde tuvimos que hacer unas maromas para eludir a dos chilenos patudos que querían colarse a alojar a nuestra casa. Terminamos los 5 sentados en un paradero al otro lado de la manzana esperando que se fueran de la banca de abajo de la casa...

Y eso fue, a grandes rasgos. Hay más, por supuesto, pero para tener más que contarles llegando a Santiago... Un abrazo de Año Nuevo a todos, Feliz 2007 y ya nos vemos!

3 comentarios:

Anónimo dijo...

juano! y a todos lo A, B, C, D Y E! no saben como me he reido leyendo sus aventuras, realmente son unos malportados que lo pasan la raja, asi es que felicitaciones. los hehcho tanto de menos, porfa cuentale a la xixi que me siento muy mal por no haber alcanzado a llegra al aeropuerto a dejarla! ya le escribire un mail a esa loca como corresponde. besos a todos! juano...traeme un boleto de micro de madrid porfa! (los colecciono)
saludos

la claun

Anónimo dijo...

Feliz agno nuevo!!!! Escreive pronto mas de tus aventuras para animar un poco mi enero fome de practicante...
Un besote para todos!!!!

Warning dijo...

Oye fue uno de mis mejores años nuevos, sino el mejor. D grande!, A,B,C... un gran descubrimiento, suerte a todos.

E!
W! para otros