2/24/2013

Aden

"Adén o Aden es una ciudad de Yemen, 170 kilómetros al Este del estrecho de Bab-el-Mandeb. Es un puerto natural, construido en una vieja península volcánica, y cuyos primeros registros datan de los siglos V y VII antes de Cristo, durante la existencia del reino de Aswan. Tiene una población de unos 800.000 habitantes."

Con ese párrafo, cortesía de Google, tuve hoy la primera noción de la existencia de esta ciudad. Encontré el nombre en una postal bastante curiosa, sacada de una caja de recuerdos que creo hace años no abría, y que recibí en Brasil junto con el resto de mi mojada mudanza, container agujereado mediante, hace casi dos meses. Entre fotos, pasaportes vencidos, la increíble receta de sopa de tortilla de la señora Sylvia, cartas y hojas de cuaderno arrancadas, la mayoría pavorosamente adolescentes, una bolsa plástica llena de tarjetas y cartas recibidas cuando era muy joven para tener noción de ellas, y que mi madre guardó por años, hasta que tras alguna limpieza de bodega, hace un par de años, decidió entregarme para que guardara yo, como legítimo destinatario.

Como buen domingo, decidí hacer un poco de orden y terminé revisando la caja, donde apareció la postal. Es una foto de dos gatos, un pollo y una pelota de colores, podríamos decir que con efecto 3D, por decirlo de alguna forma, creada por Wonder CO Tokyo. Las postal está hecha en Japón, probablemente en alguna fecha a principios de los 80. Para que se hagan una idea, va un link que encontré con fotos, del cual no entendí más nada, que está en japonés, creo, alguien más culto ya me corregirá. La verdad creo que ya había visto esta postal antes, pero me parece que nunca le dediqué más de un par de segundos, superficialmente, lo suficiente para recordar la imagen, pero no el contenido. Hasta hoy, la postal era una más dentro de la caja de recuerdos, y la existencia de la ciudad de Aden permanecía total e injustamente ignorada por mí.

La postal tiene un único autor, mi homónimo abuelo Juan Ignacio, pero fue escrita en dos fechas y ciudades separadas por tiempo y distancia. Arriba, en la esquina superior izquierda, enmarcado en un cuadro, dice sencillamente:

Para mi nieto mayor
Aden, 27 Junio, 1983

El resto, escrito con otro lápiz, ocupando el cuerpo de la postal, dice :

Esto compré y dediqué (¿para tí?, ¿para mí?), cuando, en tierras lejanas, supe tu venida.

Para el pollito tonto ya estás viejo; para la esfera de colores, inmaduro. Así es la condición humana: vivir es no acertar con el momento. Pero vendrán más Eneros, y los símbolos cobran su valor en cada tiempo. Por hoy, en tu sexto cumpleaños, vale por un beso.

Sevilla, Enero 1990

De las andanzas de mi abuelo por Oriente Medio en los 80 ya era consciente. De su boca oí varias veces la historia de cuando se enteró por un telegrama, en un hotel en Bagdad, de mi nacimiento. Pero de Yemen, nada. Esta postal probablemente es el testimonio gráfico más antiguo que tengo que acredita mi existencia. Me cuesta creer que tuvieron que pasar casi 30 años para que la postal japonesa, comprada en Yemen, guardada por 6 años, reescrita en España, enviada a Chile, y que ahora conservo en Brasil, recién llegue verdaderamente a su destinatario, aunque la haya tenido a mi alcance más de 20 años.

Por lo mismo, creo que todavía estoy un poco aturdido para asimilar el mensaje. Vivir es no acertar con el momento? Confío en que no es una cita de libro de auto ayuda. Orgullo y humildad aparte, mi abuelo tenía una genialidad inherente en lo que decía, y sobre todo en lo que escribía.

Quizás me falten algunos Eneros... La postal vuelve al cajón, pero Aden ya pasó a ser parte de mi propia historia.

9/29/2012

Pelo

Siempre ha sido un tema. Tengo varias teorías al respecto: que me crece demasiado rápido, que tengo la cabeza un poco deforme, que crece para arriba, que no crece uniforme por toda la cabeza, liso por una parte, ondulado más allá, y con rulos rebeldes salpicados... Por lo mismo, un corte decente no me dura nada, y un buen corte inicial puede madurar en una catástrofe de marañas indomables en poco tiempo.

En los últimos años logré llegar a un buen equilibrio entre el corte macheteado-pero-estiloso que periodicamente me proporcionaba Soufi en la terraza de Agrestic, y el corte express-por-3-lucas de la peluquera de turno en un sucucho del Apumanque, usado exclusivamente en caso de emergencias impostergables, en el trayecto entre la salida de la oficina y el metro. Ahora la cosa cambió. Más allá de la evidente dificultad de mantener una peluquera a la distancia, el factor climático lo complica todo aún más.

Tras 6 semanas en SP, la situación era crítica. La clásica sesión de aplastamiento de cabello contra la cabeza de cada mañana, que en Santiago me ayudaba a mantener todo en su sitio por lo menos hasta la tarde, aquí dura hasta el pucho de media mañana. Y eso que estamos en la estación seca del año, y que este año ha sido especialmente seca... Breve descripción: nido de musarañas en el parietal, alerón escoboso en el temporal, virutilla usada en el occipital.

Como esta calamidad estética no aguantaba una semana laboral más, hace unos días, después de desayunar salí a buscar una peluquería que vi de pasada desde un taxi. Así llegué a la Barbearia Cesar, que inmediatamente me recordó a la Peluquería Parada, recientemente trasladada de local, víctima de la presión inmobiliaria por ocupar una de las esquinas más concurridas de Santiago. Típica "peluquería de caballeros", con tres butaca antiguas de cuero, tele prehistórica apagada, fotos familiares, cepillo con talco y navaja. Los peluqueros, 2 señores perfectamente afeitados, con corte prolijo, definido y ordenado, y uniformados a la antigua usanza del oficio.

Mientras esperaba mi turno, me fijé en el corte estándar que le iban haciendo a los clientes.Emparejamiento con máquina, desde la nuca hacia arriba, dejando la característica forma de cabeza de muela. Posteriormente, navaja afilada contra la nuca, dejando el cogote pelado, en mi opinión, desde una altura demasiado notoria. En resumen, un corte muy muy feo.

Llegado mi turno, la odisea de explicar en portuñol qué tipo de corte quiero, sin saber siquiera cómo se dice tijera en portugués, para evitar salir de ahí con un crew-cut premolar. Sacar volumen, dejando un largo razonable. No fue fácil, pero pareció que me entendió. Al menos guardó la máquina y sacó unas tijeras, yo me saqué los anteojos, y ya llegado ese punto no queda más que callar y entregarse a las manos del experto, que no hay vuelta atrás.

El resultado, debo decir, fue bastante satisfactorio. Después de varios minutos de tijeretazos firmes, el peluquero amablemente me pasó los anteojos para dar el visto bueno. Vista frontal ok. Lateral ok. Hasta que llegamos a la posterior... Con la tijera, había cortado una línea de pelo en el cogote desde donde pasaría la navaja. Era bastante más arriba de lo que me hubiera gustado. Ya nada que hacer. O pasa la navaja, o me deja con una línea de cuero cabelludo expuesto a la mitad de la nuca, y si bien la segunda alternativa podía haber sonado tentadora, el deber de trabajar como una persona serie el lunes siguiente me aconsejó lo contrario.

Ya pasados varios días del corte, ya comienzo a notar los futuros focos de maraña, hay una que otra mecha rebelde que ya debo considerar. Normal. La duda es cuando lograré volver a emparejar la ya incipiente pelusa de la mitad inferior de la nuca con el resto de la cabeza...

9/07/2012

SAO

Una de las curiosidades de trabajar en la industria aérea es que las ciudades dejan de ser ciudades... Pasan a transformase en códigos aeroportuarios IATA, acrónimos de 3 letras que para el peatón cualquiera no significan nada, pero que para al trabajador aeronáutico son pistas de aterrizaje, puntos de conexión, origen-destino, tráfico, congestión, slots...

Así, Santiago pasa a ser SCL, Madrid es MAD y México DF MEX. Es el slang de la industria.

Por lo mismo hoy me es normal referirme a São Paulo simplemente como SAO, un exceso de confianza mayúsculo, por no decir patudez, cuando te tienes que enfrentar por primera vez a una ciudad como esta. No vale aplicar diminutivos en un lugar donde pareciera no haber límites físicos, si hay bordes son difusos, y las fronteras son demasiado lejos como para considerar que existen.

Por aquí los paulistas se refieren cariñosamente a su ciudad como Sampa. Espero con el tiempo ganarme el derecho de incorporar el sobrenombre, y dejar SAO para las horas laborales.

8/20/2012

El regreso

Han pasado 42 meses desde que este blog quedó stand-by, dando paso a un tiempo que más que escribirlo, había que vivirlo. Así lo hice. Y todos los que pasaron por nuestro departamento de Lota con Lyon, en especial las 3 roommates con las que tuve el gusto de compartir, podrán dar fe. Para rematar el cliché, fueron meses de crecimiento, por integrarse al mundillo laboral, independizarse, y cambiar el ritmo universitario al que estaba acostumbrado… Con más kilos que años encima, puedo decir que fue una etapa de aún más sedentarización (quizás aburguesamiento?), que disfruté mucho, y que aún estoy asimilando que se acabó.


El blog quedó ahí mismo, sin cambio alguno, y en la nueva situación que me encuentro hoy me he puesto a revisitarlo, un poco por nostalgia, pero sobre todo por la disponibilidad de tiempo que mi nueva condición de expatriado me ha puesto encima, de un minuto para otro, y que no estaba tan preparado para asumir tan rápidamente.

Y así me he sorprendido releyendo esas historias que pensé que me sabía de memoria, o descubriendo que un post fue objetivo de una campaña viral de comentarios robóticos spam. Intenté borrarlos, pero cuando me di cuenta de lo que me iba a demorar una hacerlos desaparecer uno a uno, desistí. Eliminé links añejos que ya no llevaban a ninguna parte, y actualicé mi ciudad actual a mi nueva casa, la mayor megalópolis (el término no lo inventé yo, lo usan las guías de viajes para referirla) sudamericana, São Paulo!

Mis anteriores pasos por acá habían sido principalmente escalas aéreas en el Aeropuerto de Guarulhos, en algunos de esos interminables viajes multi-escala para cruzar el charco desde Santiago. Alguna vez tuve el dudoso placer de pasar la noche en el aeropuerto, en una escala nocturna de 8 horas que se me hicieron infinitas, donde una señora me confesó que había sobornado a una de las funcionarias de limpieza de los baños para cerrar la puerta y fumarse un pucho donde claramente estaba prohibidísimo. Yo no quise tomar el riesgo, que lo extremo no es lo mío, menos si va de la mano con la ilegalidad, y me mantuve libre de humo hasta Santiago, no sin antes tratar de dormir un rato en una banca del piso de abajo, las únicas donde uno podía echarse sin que te estorbara una separación entre los asientos, interrumpido por un agente preguntándome en portugués que quien era yo y que hacía ahí… Más recientemente, un viaje flash por pega me permitió salir por primera vez del aeropuerto y permitirme un sello de entrada a Brasil en el pasaporte, pero como no fui mucho más allá del recinto aeroportuario mi conocimiento seguía siendo bastante limitado.

Hoy se cumplen dos semanas desde que llegué a instalarme en un apart-hotel mientras se tramita mi visa de trabajo y llegan mis muebles desde Chile. Con los días me acostumbro a que será mi casa por unos meses más, voy llenando el refri con mi propia compra, y masterizo el arte de planchar camisas gracias esta simpática señora que ni se imaginará lo útiles que le son sus tips a un soltero, aún no treintañero pero casi, con limitados (por no decir nulos) conocimientos al respecto.


 I'm back!

PD: el proyecto de dejar de fumar duró poco… Bastó la primera salida nocturna para desistir...

8/18/2012

Y por qué no?

Le voy a dar una vuelta y les cuento...

1/26/2009

Día Cero

Lo prometido es deuda:


Mañana empiezo!

1/13/2009

Los últimos días de un fumador

En la práctica, hoy ya es Martes 13, pero como aún no me he acostado para terminar el Lunes 12, sigue siendo este día para mí. Es una percepción que siempre he tenido: el día no se rige según lo horarios de la Cenicienta, que a las doce suena la campana y la carroza vuelve a ser calabaza... El día se acaba cuando te vas a acostar. Independiente de si sean las diez de la noche o las nueve de la mañana. La gracia de este pensamiento es que te permite, por ejemplo, que las fechas interesantes duren más de lo que normalmente durarían, llamando fecha interesante a algún evento que te llama la atención por el motivo que sea.

Pasadas ya las fiestas de fin de año, para mí el evento interesante, si así puede llamarse, es el cumpleaños. Evento nunca ha sido, porque esto de nacer en Enero en el Cono Sur implica que tu cumpleaños pasa sin pena ni gloria entre las vacaciones de verano, no hay nadie en tu ciudad y si decides celebrarte te arriesgas a que el quórum sea bastante menor al esperado. Tantas veces que me pasó de chico... Hubo uno en que sumado el cumpleañero, o sea yo, los invitados no superaron los dedos de una mano. Lo pasamos bastante bien en cualquier caso, pero fue uno de los cimientos de que tenga fobia a intentar celebrar masivamente aquella fecha.

En 14 días más (en realidad ahora 13) cumplo la no despreciable edad de 25 años. Nada interesante, si no fuera por el detalle que desde que empecé a fumar, hace unos 9 años, juré personalmente que a los 25 lo dejaba. Todo hubiera quedado ahí si es que no se me hubiera ocurrido transmitir públicamente a quien preguntara que efectivamente a los 25 lo dejaba. En el minuto parecía tan lejos... Por lo mismo ahora, a pocos días de cumplir la fecha límite, estoy más que mentalizado con intentarlo. De hecho, creo que estoy tan sugestionado con mi propio alarde sobre el tema que me va a resultar, aunque no me tengan mucha fe. Por eso, este próximo cumpleaños promete destacar entre cualquiera de los anteriores, y me ha dado pie para volver a aparecer por estos lares después de una larga ausencia.

Con el espíritu de lograr este cometido, oficializo el compromiso públicamente, y les pido a aquellos que cotidianamente conviven conmigo que me tengan paciencia, que no auguro buen humor a partir del 27 de Enero... Mientras tanto, a ver si termina el bloqueo creativo y aprovecho mi tiempo de exitoso desempleado pasando más seguido por acá.

10/31/2008

Rancherito

Tal vez algunos de ustedes se pregunten dónde estoy ahora mismo. Originalmente, hoy 31 de Octubre debería haber aterrizado en Arturo Merino Benítez, según preveía mi plan de viaje. Sin embargo, una que otra cosa me han llevado a aplazar mi regreso unos días, previo paso por las oficinas de Lan en México, y el pago de una multa por el cambio de fecha, que más bien es como una multa a tu nivel de indecisión. Nada excesivo, pero doloroso en cualquier caso. Pero bueno, vale la pena porque me va a oermitir presenciar un evento mexicano de lo más curioso: el Día de Muertos. Como todavía no empieza, no se muy bien de que se trata, pero una serie de datos prácticos indican algo de lo que se viene:

- Las panaderías mexicanas, que normalmente venden enormes variedades de pan corriente y dulce, ahora ocupan casi el 90% de su espacio en comercializar el Pan de Muerto, una especie de queque con sabor a naranja que por encima tiene unas franjas simulando huesos.
- En todos los puestos de la calle y también sitios más elegantes venden calaveritas dulces en todas sus variedas: de azúcar, chocolate o cubiertas de sésamo (ajonjolí por estas latitudes), con un papelito en la frente para que le pongas el nombre del muerto a quien recuerdas.
- Por las calles el color oficial es naranjo fuerte un poco amarillento, debido a la cempasúchil, flor característica de esta época, que se usa en las ofrendas que se le hacen a los muertos.
- En la oficina pusieron una ofrenda simbólica, en una mesa rodeada de papel picado alegórico y cubierta con pétalos de cempasúchil, pusieron calaveritas con los nombres de todos los trabajadores de la empresa, velas y vasos de agua. Como ninguna de las personas que las calaveritas representan está muerta, más que de tradición es un poco chacreo de la tradición, pero alegra el lobby de la oficina.

Por ahora son los datos que puedo entregar al respecto, que no he visto más. Después del fin de semana, espero ser un experto en esta tradición, a ver si implantamos algo así en Chile... Pero bueno, era otro el tema que quería tocar hoy. Alguno recordará que a pocos días de mi llegada tocaba aquí en México Blonde Redhead, y que estuve transmitiendo de las ganas que tenía de ir a verlos. Pues no hubo caso. Es que las matemáticas no estaban de mi lado. El Teatro de la Ciudad, donde tocaban, tiene capacidad como para mil personas. En el DF viven como 20 millones. O sea, con que el 0,005% de la población de la ciudad estuviera interesado en ir, me quedaba sin entradas. Así fue. Y así ha sido con la mayoría de los conciertos a los que he querido asistir aquí. Se acaban las entradas, o justo ese día no estoy en el DF, o el caso más lamentable, como el que acaba de ocurrir con Foals, es la cancelación del concierto a última hora.

Pero bueno, la cuenta sigue siendo a favor. Tuve la oportunidad de ir a ver en vivo y en directo, en el Auditorio Nacional de la Ciudad de México a... Vicente Fernández! Yo me quedé igual cuando Gustavo me anunció que tenía entradas para el evento, y me daba un plazo de pocos días para aprenderme alguna canción. No computé muy bien la fecha, así que de aprender algo, difícil. Así que me presenté en el Auditorio a ver la actuación de este personaje, del que poco y nada sabía yo, tratando de ignorar que musicalmente, la ranchera nunca ha sido lo mío.

Lo que me esperaba... Como a la hora veinte, después de unas 20 canciones, se pegó un solo al final de esos que se quedan mucho rato con la misma nota y la gente se emociona y aplaude y bla bla bla. Ovación de pie, y yo conforme, esperando que se prendieran las luces y nos retiráramos del local. Que equivocado estaba... El show duró 3 horas, en las que debe haber cantado como 40 o 50 canciones, de las que yo conocía 3, que más encima fue las últimas que cantó. Yo a esas alturas no quería más guerra, y por mucho que hubiera podido corearle "El Rey", ya no tenía la capacidad mental. Es que "Chente", como lo llaman los fans por aquí, tiene una única premisa sobre el escenario: mientras la gente le siga aplaudiendo el sigue cantando. Y cumple... De hecho, yo creo que al final lo cortaron, había gente que ya se estaba yendo pero el general no dejaba de aplaudir y pedir otra.

Pero claro, en las condiciones que estaba él, quien se iba a querer bajar del escenario... Amy Winehouse en Lisboa es una alpargata al lado de este señor, al cual le hacían llegar al escenario periódicamente vasos con alguna bebida alcohólica, que no confirmamos que es, pero que según nuestras especulaciones podría tratarse de whisky o tequila. Tal vez ambas. Y no sólo eso, sino que dos o tres veces del backstage sale un señor con un cigarro prendido para llevárselo al cantante, que aprovecha espacios mudos o instrumentales para echar una bocanada de humo. Todo esto en un lugar cerrado, donde está prohibido fumar según la nueva ley mexicana. Pero Chente, en su calidad de ídolo de masas, debe estar por sobre la ley. Y a nadie parece importarle demasiado, los vítores se suceden desde cada rincón del Auditorio.

A partir de la mitad del concierto albergué la esperanza de que eventualmente el público quedara conforme y no le pidieran más canciones. "Ya están llenitos?" pregunta Chente y la gente no se cansa de gritar que no, pidiendo más y más. Y aunque esto aumentaba mi nivel de desesperación, hay que reconocerle al señor que tiene una voz bastante impresionante, y la vitalidad de que a sus años aguantó un concierto de tres horas sin perder el ánimo ni la atención del público menos uno, que ya escuchó suficientes rancheras para "llenarlo" el resto de su vida.