4/30/2007

La Letra Chica

Ayer me dediqué a uno de mis pasatiempos más ñoños, pero predilectos, dentro de lo que se puede hacer un día fomingo en mi casa. Leer el diario. Me instalé después de almorzar con mi botella reciclada de agua mineral Vital (que hoy lamentablemente apareción en el basurero, y no he podido identificar al culpable), mi cajetilla de Belmont Light y mi encendedor verde, y por supuesto mis anteojos (que cada día estoy usando más) en la terraza del depto con todo El Mercurio del día domingo. Es que aunque El Mercurio alguna vez mintió, ahora está bastante entretenido. Sobre todo los domingos, con el Reportajes, la Revista del Domingo y esas cosas. Estuve toda la tarde informándome sobre el magro estado del mundo y de nuestro país, hasta la hora de comer.

Pero lo que más me sorprendio de todos los cuerpos y suplementos del diario, fue un folleto de una farmacia con nombre de calle. No lo analicé mucho, pero creo que jamás había visto que una farmacia imprimiera folletos publicitarios de ese estilo. No le di mayor importancia, hasta que me puse a pensar en la cantidad de farmacias que hay aquí en Santiago. Sólo pensando en mi barrio, la cosa es un poco absurda...

Haciendo un paseo mental por mi barrio y alrededores estoy viendo alrededor de ¡7! farmacias en un margen de distancia bastante bajo. O sea, todo caminable en 10 minutos o menos. La que está más cerca es una farmacia de esas sin nombre, que en realidad más que farmacia es como un "todo a mil", pero que se publicita como farmacia. En Apoquindo un poco más arriba de San Crescente. Subiendo por Apoquindo, antes de terminar la misma cuadra, una de las con nombre de calle. Siguiente cuadra, otra de la cual mi hermana Ximena fue "rostro" de un comercial. Ya van tres.
Dejemos esa ruta. Si por Apoquindo bajo en vez de subir por San Crescente, en la esquina con Enrique Foster hay una de las que se fusionaron hace no se cuanto tiempo. Bajando más, en el Unimarc de Tobalaba hay otra con nombre de calle. Van cinco.

Si me meto por Tobalaba, llego a la polémica farmacia nueva de las con nombre de calle, polémica porque al parecer para construirla botaron un árbol centenario que allí moraba. Un poco más allá, en Lota con El Bosque, otra de las con nombre de calle.

No me acuerdo de más, ¿pero ya es bastante o no? Siete para un espacio tan chico... Y eso que no me estoy metiendo por Providencia para abajo, o a Sanhattan mismo, donde debe haber por lo menos tres más... Me he permitido, cortesía de MapCity, una demostración gráfica. La estrella roja (no la puse yo, sino Mapcity) vendría a ser mi casa. Los puntos amarillos (que los puse en Paint) son las farmacias antes mencionadas.



Y analizando más este hecho, empecé a preguntarme ¿por qué es que se da esto tan absurdo? ¿Existe tanta gente enferma como para tener tantas farmacias tan juntas? No veo el negocio.

Pero el folleto del diario me abrió los ojos. Empecé a analizarlo más detenidamente y la verdad es que la cosa es bien perversa. En la portada del catálogo figura una rucia bien estupenda, parecida a Helen Hunt (la rucia de la serie gringa de la parejita neoyorquina, que se rehizo en Chile con nefastos resultados), vestida sólo con una bufanda roja... ¿Qué promociona esto? Esta farmacia te protege contra el invierno. Que fuerte. Lo que hay que hacer para vender Tapsin. En todo caso, no se confundan, no es que me haya bajado el moralismo anti-piluchismo, pero los publicistas de hoy en día parece que fueron todos a la misma universidad, donde el único ramo que vieron fue "Usar gente en pelota para vender cualquier cosa" I, II, III y hasta terminar la carrera. Un poquito de creatividad, por favor!

Ya por dentro, el catálogo promociona sus productos y ofertas como si comprar Nastizol, Omeprazol y Trioval fuera tan lógico y común como comprar tallarines, lentejas y manzanas. Las promociones incluyen desde termómetros digitales por la compra de antibióticos, hasta aerocámaras por la compra de inhaladores, como si fuera absolutamente normal y atractivo tener niños asmáticos para andar poniéndoles estas máscaras inhaladoras. Foto al lado de un padre feliz con su hijo. Por lo menos están vestidos...

Pero sin duda, lo más revelador está en la última página, la contratapa. El nombre y logo han sido eliminados para protegerme de futuras acciones legales en mi contra por mal uso de imagen corporativa.


¡NO SE AUTOMEDIQUE! La letra chica, al costado derecho... He ahí el porque de la invasión farmacéutica: el santiaguino promedio se automedica. Y las farmacias, aunque lo desicentivan en su letra chica, felices nos venden remedios y demases que no necesitamos, con la excusa de la prevención del resfrío y otras del estilo... Es lo único que explica farmacias llenas a toda hora. Por eso somos tan neuróticos y perseguidos. Por eso tenemos los índices de suicidio de los países escandinavos, sin la mitad del frío que pasan allá.

Lo peor de todo es que me di cuenta que no me libro. Cada noche, antes de acostarme, me tomo una cápsula de propóleo, a ver si paso un invierno libre de gripes. Todavía no es Mayo y ya llevo una...

4/24/2007

Descarada autopromoción

No se si se habrán fijado, pero he puesto en una posición de honor en el cuadrito de blogs amigos al recientemente inaugurado espacio cibernético de HuevoDuro Producciones. Un lugar para crear y soñar. A todos los simpatizantes del proyecto los invito a visitar el blog, que entre sus muchas gracias cuenta con cuatro co-autores, más los fichajes que se vengan, y vínculos para ver en línea los antiguos trabajos. O sea, "Se Llamaba Iván", y más nada por ahora, pero como HuevoDuro se viene, no se van a dar cuenta cuando ya tengamos cantidad de material fílmico. Además, si nos apoyas ahora que somos desconocidos, te aseguras nuestra amistad cuando nos hagamos famosos y ganemos premios y esas cosas. En nombre del equipo los invito a visitarnos: huevoduroproducciones.blogspot.com

4/11/2007

Personajes

Llevo bastantes días intentando aprender más sobre tecnología digital. Pero aprender haciendo cosas. Y ha dado resultado! El resultado deja bastante que desear, pero es un resultado al fin y al cabo: he logrado publicar videos en YouTube! Suena fácil de hacer, pero el tema es que los vídeos no eran cualquier cosa, vienen del archivo audiovisual familiar, o sea, han recorrido un largo camino para convertirse desde un video de cámara casera análoga, de cinta, a lo que son ahora. Aunque claro, tampoco puedo arrogarme el traspaso a digital. De eso se encargí mi madre, que mandó a traspasar todos los antiguos videos a DVD. Yo hice lo siguiente, traspasar el DVD a un formato que mi computador pudiera leer, y después acortarlos con Premiere, para obtener el resultado final.
La imagen es ahí nomás, el sonido está desfasado, y como no tengo los cuarenta dólares que cuesta la licencia de uno de los programas (y aunque los tuviera no la compraría), una frase en el centro recuerda que los usuarios no registrados quedan marcados así...
Dicho esto, les presento (a quienes no los conozcan) a mis abuelos españoles en dos videos de archivo del año 99, mi abuelo recitado un poema de Rubén Darío, y mi abuela contando un chiste de Bilbao. Dos personajes geniales.
Aviso a los Jiménez: Si es que encuentran un poco mucho esto de publicar videos familiares en Internet, me avisan y los saco...