10/31/2008

Rancherito

Tal vez algunos de ustedes se pregunten dónde estoy ahora mismo. Originalmente, hoy 31 de Octubre debería haber aterrizado en Arturo Merino Benítez, según preveía mi plan de viaje. Sin embargo, una que otra cosa me han llevado a aplazar mi regreso unos días, previo paso por las oficinas de Lan en México, y el pago de una multa por el cambio de fecha, que más bien es como una multa a tu nivel de indecisión. Nada excesivo, pero doloroso en cualquier caso. Pero bueno, vale la pena porque me va a oermitir presenciar un evento mexicano de lo más curioso: el Día de Muertos. Como todavía no empieza, no se muy bien de que se trata, pero una serie de datos prácticos indican algo de lo que se viene:

- Las panaderías mexicanas, que normalmente venden enormes variedades de pan corriente y dulce, ahora ocupan casi el 90% de su espacio en comercializar el Pan de Muerto, una especie de queque con sabor a naranja que por encima tiene unas franjas simulando huesos.
- En todos los puestos de la calle y también sitios más elegantes venden calaveritas dulces en todas sus variedas: de azúcar, chocolate o cubiertas de sésamo (ajonjolí por estas latitudes), con un papelito en la frente para que le pongas el nombre del muerto a quien recuerdas.
- Por las calles el color oficial es naranjo fuerte un poco amarillento, debido a la cempasúchil, flor característica de esta época, que se usa en las ofrendas que se le hacen a los muertos.
- En la oficina pusieron una ofrenda simbólica, en una mesa rodeada de papel picado alegórico y cubierta con pétalos de cempasúchil, pusieron calaveritas con los nombres de todos los trabajadores de la empresa, velas y vasos de agua. Como ninguna de las personas que las calaveritas representan está muerta, más que de tradición es un poco chacreo de la tradición, pero alegra el lobby de la oficina.

Por ahora son los datos que puedo entregar al respecto, que no he visto más. Después del fin de semana, espero ser un experto en esta tradición, a ver si implantamos algo así en Chile... Pero bueno, era otro el tema que quería tocar hoy. Alguno recordará que a pocos días de mi llegada tocaba aquí en México Blonde Redhead, y que estuve transmitiendo de las ganas que tenía de ir a verlos. Pues no hubo caso. Es que las matemáticas no estaban de mi lado. El Teatro de la Ciudad, donde tocaban, tiene capacidad como para mil personas. En el DF viven como 20 millones. O sea, con que el 0,005% de la población de la ciudad estuviera interesado en ir, me quedaba sin entradas. Así fue. Y así ha sido con la mayoría de los conciertos a los que he querido asistir aquí. Se acaban las entradas, o justo ese día no estoy en el DF, o el caso más lamentable, como el que acaba de ocurrir con Foals, es la cancelación del concierto a última hora.

Pero bueno, la cuenta sigue siendo a favor. Tuve la oportunidad de ir a ver en vivo y en directo, en el Auditorio Nacional de la Ciudad de México a... Vicente Fernández! Yo me quedé igual cuando Gustavo me anunció que tenía entradas para el evento, y me daba un plazo de pocos días para aprenderme alguna canción. No computé muy bien la fecha, así que de aprender algo, difícil. Así que me presenté en el Auditorio a ver la actuación de este personaje, del que poco y nada sabía yo, tratando de ignorar que musicalmente, la ranchera nunca ha sido lo mío.

Lo que me esperaba... Como a la hora veinte, después de unas 20 canciones, se pegó un solo al final de esos que se quedan mucho rato con la misma nota y la gente se emociona y aplaude y bla bla bla. Ovación de pie, y yo conforme, esperando que se prendieran las luces y nos retiráramos del local. Que equivocado estaba... El show duró 3 horas, en las que debe haber cantado como 40 o 50 canciones, de las que yo conocía 3, que más encima fue las últimas que cantó. Yo a esas alturas no quería más guerra, y por mucho que hubiera podido corearle "El Rey", ya no tenía la capacidad mental. Es que "Chente", como lo llaman los fans por aquí, tiene una única premisa sobre el escenario: mientras la gente le siga aplaudiendo el sigue cantando. Y cumple... De hecho, yo creo que al final lo cortaron, había gente que ya se estaba yendo pero el general no dejaba de aplaudir y pedir otra.

Pero claro, en las condiciones que estaba él, quien se iba a querer bajar del escenario... Amy Winehouse en Lisboa es una alpargata al lado de este señor, al cual le hacían llegar al escenario periódicamente vasos con alguna bebida alcohólica, que no confirmamos que es, pero que según nuestras especulaciones podría tratarse de whisky o tequila. Tal vez ambas. Y no sólo eso, sino que dos o tres veces del backstage sale un señor con un cigarro prendido para llevárselo al cantante, que aprovecha espacios mudos o instrumentales para echar una bocanada de humo. Todo esto en un lugar cerrado, donde está prohibido fumar según la nueva ley mexicana. Pero Chente, en su calidad de ídolo de masas, debe estar por sobre la ley. Y a nadie parece importarle demasiado, los vítores se suceden desde cada rincón del Auditorio.

A partir de la mitad del concierto albergué la esperanza de que eventualmente el público quedara conforme y no le pidieran más canciones. "Ya están llenitos?" pregunta Chente y la gente no se cansa de gritar que no, pidiendo más y más. Y aunque esto aumentaba mi nivel de desesperación, hay que reconocerle al señor que tiene una voz bastante impresionante, y la vitalidad de que a sus años aguantó un concierto de tres horas sin perder el ánimo ni la atención del público menos uno, que ya escuchó suficientes rancheras para "llenarlo" el resto de su vida.

10/22/2008

Entra por los ojos

En vista de que lo último publicado ha sido pura letra, hoy me inclino por algo más visual. He aquí una recopilación fotográfica de esas que no se pueden taggear en el Facebook. La muestra no tiene título porque no se me ha ocurrido nada, acepto sugerencias.


Manifestación en la Secretaría de Educación
Tormenta en TlalpanViajar con lo mínimo indispensable
No es pizza, es tlayuda
Perro Chichicastenanguense
Virgen EnlatadaUna Familia Feliz
Playera de Rayitas
MexipandaLimbo para AutosMadrid
Indulgencias, sacar a 100
Disco Pare
Changos
TechnicolorPatriotismo
El Origen de las Cosas
El Tule también siente
Fetichismo
Ingeniería de Transporte de Pollos (Dedicada a Cata Ramírez)Hormigas Rojas
Sillitas Musicales
Amenazas Explícitas
Independencia
Ingeniería Azteca
Porotos Negros
Neuróticos Anónimos
Ante la Adversidad
Carretera Chiapaneca
BONUS TRACK: Nada que ver con la muestra, sólo para presentar a nuestro nuevo sobrino Dominik, retoño de nuestra amiga Kasia. Ya somos 5!


9/26/2008

Y quedaron dos

Así es... Ayer dejamos a Marta, entre muchas lágrimas, en el Aeropuerto Benito Juárez, con destino a Amsterdam, con destino a Berlín, y finalmente con destino en taxi a Poznan. Ya se nota su ausencia. Además, hoy celebramos el natalicio número 23 de la Xixi, así que desde la distancia se le saluda y desea un buen día!

Pero bueno, mi desaparición en estos últimos días ha sido debido a la intensa agenda de la Cumbre, que desde que pisamos el DF, de vuelta del road trip por el sur, las actividades han sido día y noche. Ahora ya me tomo un respiro para contarles, por ejemplo, sobre las actividades de festejo de las Fiestas Patrias de Chile en México. Fuimos invitados a una recepción en la Embajada el 18, cuando todavía nos recuperábamos de las celebraciones de la Independencia mexicana. La verdad, me levanté sintuiendo que ese día no estaba como para trotes, que la Cumbre, con todo lo que implica, empieza a pasar factura.

Todos seprepararon bastante para el evento. La verdad, se podría decir que estaban bastante más emocionados que yo. Gustavo y Adri se pusieron sus mejores galas para la ceremonia. Como era en la tarde, con terno clarito y demases. Marta se trajo un vestido apropiado desde Polonia, y temprano en la mañana partió a una peluquería del barrio. Pobre, lo que tuvo que sufrir... Al parecer el peluquero, que misteriosamente se sabía su nombre, era incapaz de entender lo que Marta quería que le hiciera. Además, patudo él, intentó cobrarle más por el "lavado de pelo", que en realidad fue que le echaron un chorro de agua con un jarro. Como sea, Marta llegó de la peluquería, y ya lista y vestida me despertó para que me engalanara yo también, que la invitación era a las 13:30. Mi último corte de pelo fue hace dos meses, con lo que ya está bastante crecidito, y como aún no me adhiero al club-gomina, había poco que hacer al respecto. Estaba listo para afeitarme un poco cuando descubro que la máquina se descargó, lo que sumado a que dejé el cargador en Santiago, me dejó con una pinta bastante poco diplomática. Pero bueno, por lo menos los otros 3 estaban bastante presentables.

Calculamos salir a la una para llegar como a un cuarto para las dos. Llegaríamos quince minutos tarde, pero correctos. Gustavo insistió además en que siendo chilenos, todos iban a llegar tarde. Es posible. El tema fue que el tráfico nos jugó una mala pasada... Es que cuando se habla de tráfico en el DF hay que entender que probablemente hay pocos sitios en el mundo donde el tráfico sea como esto. Por alguna razón, estaba cortado Viaducto Tlalpan, así que hubo que dar más vueltas de las programadas. Avanzamos a vuelta de rueda la mayor parte del camino. Yo dormí y todo en el auto, pero despertando me doy cuenta que no habíamos avanzado nada. En fin, llegamos a las dos y media, una hora tarde, a buscar estacionamiento. Gustavo intenta acelerar el proceso diciéndole a un guardia que trae al sobrino del embajador. Me dio tanta vergüenza que el guardia seguro se lo creyó, así que logramos estacionar relativamente cerca y entrar al evento. Ya no había badie recibiendo, claro está. Un señor me pide la invitación. "Ehhhh, no la tengo", respondo. Es que nunca me llegó una invitación impresa, pero el no tenía por qué saberlo. "¿No la trajo o no la tiene? ". "Ah! No la traje" miento, "pero estamos en la lista..." suplicando que efectivamente sea así. Felizmente así es, y hacemos ingreso al evento.

La casa es impresionante. El evento es en el patio, debidamente encarpado, y está repleto de gente. Escucho acento chileno en el aire y me da una curiosa mezcla entra nostalgia y desconcierto. Busco a mi tía, la que amablemente nos invitó, para saludarla ypresentarle a la comitiva de la Cumbre. Imposible encontrarla entre tanta gente. Los otros tres deciden que tienen hambre y se van a hacer la cola para el buffet. Marta, sin darse cuenta, se cuela en la fila. Me pongo muy nervioso. Los mexicanos, correctamente, se ponen al final. Los dejo en la cola y me doy una vuelta a ver si encuentro a la tía. Pero en vez de encontrarla, me encuentro con la barra, donde sirven variedad de vino chileno en copas enormes. Me llevo un copón y voy a buscar a los chiquillos, que ya están parados por ahí comiendo panqueques de salmón. No sé por qué motivo, sigo muy nervioso y sin ganas de comer. Pero ya entrado el vino, empiezo a relajarme. Pasan señores ofreciendo empanadas, a los cuales Marta y yo perseguimos para comernos una y otra.

Y en eso estaba, con vino, empanada y cigarro en mano cuando escucho que me llaman. Mi tía me encontró! Al parecer hubo discurso, himno de Chile y demases, pero nos perdimos todo. Me cuenta sobre los famosillos chilenos que andan por ahí. Resulta que la crema y nata de "Rojo, Fama Contra Fama" o reside o ada de pasada por aquí. El Rafa está haciendo un programa acá tipo Operación Triunfo, pero según me explica Gustavito, en un canal de bajo presupuesto "muy chafa". Ahora que vi el programa, entiendo a que se refería. Pasean por ahí también Monserrat Bustamante y Daniela Castillo. Me imagino que son muy amigas, porque parece que se han metamorfosizado, a lo lejos parecen iguales. Los chiquillos insisten en que les presente a las famosas, pero paso absolutamente. Ya me veo diciendo "Hola Daniela, tú no te acuerdas de mí, pero nos conocimos en la casa de la Jesu" o algo por el estilo y me siento idiota, así que no les cumplo el deseo...

Una banda toca canciones latinoamericanas y Marta se mueve al ritmo del compás. Lamentablemente es la única, que parece que la gente diplomática no baila en estos eventos. No se quien será toda la gente presente. Hay mucho chileno civil, seguro empresarios, también militares extranjeros, monjitas y uno que otro con pinta estrafalaria que seguro es artista. Un joven presente observa a Marta, lo que motiva unaexplicación del concepto"cambio de luces" a los chiquillos. Marta, que es polaca y aprende rápido, lo aplica con otro joven de su gusto, pero éste se retira pronto de la fiesta. Fue muy rápida, al parecer... La celebración transcurre entre más vino y empanaditas, y la gente se empieza a retirar. Son como las 16:30, pero como llueve torrencialmente, decidimos esperar un poquito más para salir. A las cinco, nos retiramos de la Embajada para seguir celebrando en otra parte.

Nos vamos a Santa Fe, donde Gustavo nos lleva al Big Yellow, un bar que a esa hora se encuentra lleno de estudiantes de una Universidad cercana. Con nuestras pintas, somos el grupo más raro (y viejo) del local. Pero que más da. Ya entrada la noche, nos vamos a buscar otro sitio y terminamos en el Skybar, cuya principal gracia es estar ubicado en el piso 46 de uno de los edificios más altos de México. La vista es impresionante. Después de un compacto de éxitos ochenteros, el local se transforma en un rave a pequeña escala, con humo artificial inundando la pista de baile y música electrónica a todo dar. Sólo Marta y yo ocupamos la pista, pero a esas alturas ya que más daba. La noche culminó entre risas en el ascensor del edificio, donde nos tomamos unas fotos que nadie recuerda haberse tomado. Cuando pueda, las publicaré, espero. Ojalá sus celebraciones hayan estado a la altura. Viva Chile!

9/12/2008

Mataron a la Mula

Con incontables kilómetros de carreteras en el cuerpo, hoy me reporto desde Veracruz, el primer municipio de América, famosa por ser una de las ciudadesw portuarias más importantes del Golfo de México, y además por ser la tierra natal de Salma Hayek. Muy interesante. Ulf (el auto de Gustavo) indicó una temperatura de 38 ºC a nuestro arribo aquí, y aunque ya han pasado unas horas y se apronta a oscurecer, no pinta como para que la temperatura baje.
Pero no es de Veracruz de lo que quería comentar hoy, sino de una de las sorpresas más escalofriantes que nos ofreció el estado de Chiapas. San Juan Chamula es el nombre de una localidad chiapaneca a pocos kilómetros de San Cristóbal de las Casas, donde estábamos alojando. Quisimos hacer un paseo mañanero a esta localidad, donde Gustavo prometió unas deliciosas quesadillas a nuestra llegada como desayuno. Además de las quesadillas, no sabíamos que más esperar.
Después de una que otra vuelta por la carretera, logramos dar con el pueblo, donde una serie de niños se nos abalanzó bajándonos del auto ofreciendo servicio de guía turístico (los noños) o cinturones y pulseras (las niñas). Un poco abrumados por tanto acoso, los despachamos (prometiendo volver "ahorita") en busca de las ansiadas quesadillas, para romper el ayuno. Sin embargo, en ningún punto del curioso pueblo las encontramos. Nos ofrecieron una serie de menús de "cocina económica", los cuales Gustavo nos prohibió inmediatamente, y compramos un pan dulce, entre el acoso de más púberes insistentes, prometiendo ver la iglesia y volver a San Cristóbal a comer.
La gracia del pueblo era su Catedral. Una típica iglesia de pueblo, por fuera. Uno de los niños acosadores nos guió en el proceso de la compra de entradas para la iglesia, cosa que en sí me parece absurda, pagar por entrar a una iglesia, pero como no había más que ver, lo hicimos igual, y de pasada contratamos al niño como guía turística. En la entrada de la iglesia, Marta se mostró un poco interesada por los cinturones, y quedó con dos niñas de comprarles a la salida.
Ya adentro, nos informan que no se puede ni sacar fotos ni grabar adentro. Pero de entrada, lo que llama la atención es que el suelo estaba cubierto de hojas de pino, no había banco alguno y los santos estaban puestos alrededor de la muralla como en una gaería del terror. El niño tomó aire y empezó a recitarnos, sin parar más de medio segundo para tomar aire, toda la historia de la iglesia, del pueblo y demases. O era el alumno aventajado de la clase de historia o era lo único que sabía decir, porque en tres minutos se mandó un discurso del que pudimos captar poco y nada, por lo rápido y la falta de un punto seguido o algo así.
De lo poco que nos enteramos, es que el pueblo se llamaba San juan, y que el apellido Chamula venía de su propia lengua, cham signifiba muerte y mula no necesita explicación. En resumen, San Juan de la Mula Muerta. Nos cuenta que en su tradición ellos no van a los médicos tradicionales, sino aquí a la iglesia donde un curandero diagnostica, haciendo uso de una gallina, si la enfermedad se curará o no. Nos cuenta de las ofrendas que hacen, que una vez a la semana viene alguien a hacer misa, que rezan el Padre Nuestro en su idioma, y que lo de las fotos era para no robarle el alma a los santos de yeso de la parroquia.
Pasado el monólogo, procedemos al tur por la iglesia. Ni cinco pasos damos, cuando vemos a un señor agitando a una gallina alrededor de otro. Después de uno que otro movimiento, agarra a la gallina por el pescuezo y la desnuca, ante nuestros impactados ojos. La gallina no sangró, por lo que la enfermedad se iba a curar. No podíamos contener nuestro espanto. La peor era nuestra católica, apostólica y polaca Marta, que no podía creer que se realizaran actos así adentro de una iglesia católica. Y algo de razón tiene, que degollar a un animal y después rezar un Padre Nuestro es una cosa un poco bizarra.
Proseguimos con el "tur" observando como la gente limpiaba pedazos del suelo, para dejarlos sin ramas, pegaban sus velitas en el suelo y traían sus ofrendas. Huevos y Fanta de naranja destacaban dentro de las ofrendas predilectas. Los santos en las orillas estaban como maquillados y vestidos por los fieles chamulas, las caras azules y rosadas, y con espejos colgando, que según nos explican, es para que los santos puedan ver a sus seguidores. El recorrido es bastante espeluznante. A nuestra salida, la gallina sacrificada yace inerte en el suelo, mientras el curandero, vestido de blue jeans, arregla un poco el desorden.
Salimos apresurados, para comentar lo macabro de todo aquello. Gustavo, que ya conocía el pueblo, no había entrado antes a la iglesia, pero la vez que había venido tenían a uno de los santos colgando del cogote en la plaza, al parecer porque no había llovido. Si supiera el Vaticano... Quien sabe el tipo de ceremonia que lleven a cabo cada semana cuando viene el cura, quizás tienen todo ordenadito para que no parezca que el resto de la semana eso no tiene nada que ver con lo que concebimos como una catedral católica...
Como sea, ya afuera, esperan las niñas para venderle cinturones a Marta. Completada la transacción, que las niñas insistían en que pagáramos nosotros y no Marta, aparece otra con cinturones, gritando que ella nos había visto primero. Le recrimina a Marta que dijo que no iba a comprar nada cuando nos bajamos del auto. Marta sólo atina a decir "lo siento", un poco asustada con tanto acoso.
"Eres mala. Ojalá te pase algo" espetó la niña con cara de odio y se alejó con nosotros, con cara de estar echándonos una maldición maya o algo peor. Marta se cpnsuela pensando que no es la primera vez que le dicen algo así, pero sí es la primera vez que es por un cinturón de 750 pesos... Nos subimos raudos al auto en dirección a San Cristóbal, sin retorno posible al pueblo más freak que he conocido en la vida.

9/04/2008

Cumbre México 2008

Se inició formalmente una nueva etapa de mis ya famosas Cumbres Internacionales Polonia-México-Chile! Marta "Orchata" aterrizó en el DF el sábado pasado para dar inicio a esta cumbre, que si bien podría considerarse la última, que ya hemos visitado todos los países envueltos, nos ha permitido ampliar horizontes para lo que serán las futuras cumbres. Negocios internacionales, billetes de lotería y matrimonios triples han sido considerados como opciones hasta ahora. Todavía no nos decidimos.

Pero bueno, mi ausencia ha sido debido a todos estos hechos, porque una vez que nuestra polaca favorita llegó, emprendimos un road trip que aún prosigue, y que por ahora me tiene instalado en San Cristóbal de las Casas, Chiapas. Y yo que pensaba que Chiapas era cerca de Tijuana... Pues no, estoy más cerca de Guatemala que de los gringos, un poco desorientado por tantos pueblos atravesados, horas de auto, catas de mezcal, sol y humedad. Ya pasamos unos días en Oaxaca y desde aquí nos dirigiremos a Palenque, para llegar, si es posible, hasta la punta de la Península de Yucatán. O sea, Cancún! Dos mil kilómetros nos separan, así que quien sabe si lo logremos, pero por lo menos se intentará.

Pero ya de lo visto, ha sido, como era esperable, de lo más insólito. El clima es impredecible, y cambia mucho según te vayas moviendo por el país. Además del clima, cambian los estados, por ende, la gente, los idiomas (aquí hablan uno que parece polaco), lo único que se mantiene es el fervor por la tortilla y el chile, que es lo más transversal por aquí. Prometo volver pronto, con más historias del DF (que quedan bastantes) y lo que surja por aquí.

8/26/2008

Tex Mex

Madre mía, cuanta razón tenías, pero que equivocada estabas, cuando me dijiste que iba a volver gordo porque acá iba a comer puras fajitas y ketchup. Lo de gordo, seguro que sí, pero difícilmente por comer tortillas de harina o esa dulzona salsa de jitomate (hay que hacer la distinción) a la que mucha gente es incomprensiblemente adicta... Si hay algo que me ha sorprendido es lo distinta que es la verdadera comida mexicana de lo que nos venden en Chile, envasado en el supermercado bajo el absurdo nombre Pancho Villa, y que seguramente no ha pasado por esta tierra ni un eslabón de la cadena de producción.

Mito: El guacamole tiene tomate, pimentones, o algún otro alimento rojo que resalta dentro de la palta. ¡Falso! El guacamole verdadero es puro verde, palta, cebolla picada, alguna hierba que no he logrado descifrar (perejil o cilantro, no me decido todavía) y, por supuesto, ese toque picante pero sabroso que nuestro ají chileno rara vez consigue: el chile.

Igual es raro estar en un lugar donde tu país se llama igual que uno de los alimentos de la canasta básica. Yo sigo hablando del ají, no me sale todavía lo del chile. Es comprensible. Es como si llegara a Santiago alguien proveniente de Marraqueta. Aunque eso en realidad sería todavía más raro, porque si se traslada a provincia se haría un problema con el pan batido o el pan francés... ¡Pobre marraquetano! ¿O marraquetense? ¿Cómo se llaman los nativos de Marrakesh? ¿Tendrán ese problema cuando vienen a Chile? Se me ocurre que el nombre marraqueta puede tener origen allá en el norte de África...

Pero bueno, volviendo a las fajitas y eso, si, se come mucha tortilla acá, pero nada de tortillas paliduchas de harina, sino que tortillas hechas de puro maíz. Como se nota la diferencia... Aparte del color, claro está, el sabor es absolutamente distinto, mucho más rico y alimenticio, que está hecha de verdura! En donde te venden los tacos en la calle, andan con una especie de caja metálica repleta con la masa de maíz ésta, la cual te cocinan en el minuto frente a tus ojos, aplastando la masa hasta conseguir una tortilla perfectamente redonda, la que te rellenan con tus ingredientes favoritos y salsa. Mis favoritos: los tacos al pastor. Es un taco en que la tortilla es muy amarilla y de menor diámetro, como del porte de un cenicero de restorán. Te dan doble tortilla, rellena de carne, cebolla picada, cilantro, piña (opcional) y el toque de la salsa. Delicioso! Aquí se ríen de los atletas mexicanos en Beijing (que a todo esto, sacaron otro oro en taekwondo ¡¿?!) que les preguntan que es lo que más echan de menos. “¡Pus los taquitos al pastor!” (Léase en tono ranchero), cuando acá puede que pasen meses sin comerse ninguno. Es lo que pasa cuando pierdes algo que sabes que tienes...

Comentario al margen: Que mal aprovechada tenemos a la palta allá! Y no es un tema de precio, que cuando los mexicanos fueron a Chile estaban impactados de la cantidad que te echaban en los sánguches, además que prácticamente todos tenían palta entre sus ingredientes. ¿Y para qué más usamos la palta? Pan con palta. Palta Reina. Cortada en cubitos adentro de la ensalada. No se me ocurre nada más. Una vez me comí una pizza con palta, lo más transgresor que he visto, por obra y gracia de mi amiga Toña. Y sería todo. Acá no es sólo ya lo del guacamole, sino que la manejan con un cuidado... La semana pasada comí en un sitio vegetariano, donde me trajeron una ensalada que yo pensé que estaba cubierta con una enorme hoja de lechuga. Meto tenedor para pincharla y descubro que no es una hoja, sino una salsa hecha de palta, tan perfecta que parecía que fuera una hoja sólida... Impresionante! Aquí, la palta me la he comido hasta caliente y flotando en el mayor descubrimiento gastronómico hasta el momento: la Sopa Azteca.

Merece párrafo aparte. Yo la sopa me la tomo porque me la ponen, jamás se me ocurriría expresamente pedirla. Ya si es con un pedazo de pan al lado, bueno, pero para tener algo que masticar, crujiente, y terminarme la sopa mientras tanto. Tampoco es que yo sea Mafalda, aunque me dejaron bastante traumado los últimos días antes de venirme con la “sopa quemagrasas” que se les ocurrió implantar virtualmente de plato único a modo de dieta familiar... Espero que no sigan alimentándose con eso, a todo esto. La cosa es que la sopa y yo no tenemos nada especial. Hasta que conocí de manos de la Sra. Silvia, santa madre de Gustavo, a esta Sopa Azteca. En un solo plato reúne las características del pan con sopa, una sopa crujiente, ya que está hecha en base a tortilla de maíz! La sopa es un caldo medio rojo, probablemente por el chile, con un montón de pedazos de tortilla que no sé como logran mantenerse crujientes hasta el último sorbo, además de tener pedazos de palta y queso de cabra logrando una combinación de sabores de verdad increíble. Sin duda, mi plato favorito en lo que llevo aquí, será difícil destronarlo...

Es curioso que se me ocurra hablar justamente hoy de comida, primer día en que he vivido en carne propia la llamada “Venganza de Moctezuma”... Pensé que había pasado invicto después de más de una semana, en las que no le he hecho ascos a ninguna salsa picante, he comido en la calle, y sólo me he cuidado de no tomar agua de la llave más que para lavarme los dientes. Es más, creo que Moctezuma, al ver que no se la podía conmigo, se alió con el Tío Sam, porque sospecho que lo que me cayó mal fue una pizza que sobró hace unos días y que teníamos guardada en el refrigerador. Es que hasta ayer no teníamos microondas, el cual estrené calentando la susodicha pizza. Se notaba que estaba pasada, pero igual me la comí. Ahora, sin derecho a queja... Y doble castigo, porque acabo de enterarme de una tradición mexicana que desconocía. Como estrené el microondas, pasé a ser el “padrino” del aparato, con lo que tengo que pagar la mitad... Gustavo, tendrá que ser en cuotas, iniciándose el día que encuentre pega!

8/22/2008

Carrusel Deportivo

Tendrán que perdonarme si caigo en sonsos errores de tipeo, pero es que los teclados de este local no están en muy buenas condiciones... Haré mi mejor esfuerzo!

Una de las cosas que más me han gustado de México es que he podido retomar una costumbre provinciana que había dejado en el olvido llegando a vivir a la capital, articulizar los nombres propios! Con toda comodidad y sin miedo al ridículo puedo preguntar por el Eduardo, el Adrián o el Gustavo, con una facilidad que no recordaba tener. Algo de serenense hay todavía en mí!

Pero no es ese el tema que quiero discutir hoy. Es que el 20 de Agosto fue un gran día para el deporte mexicano y tuve la posibilidad de ser espectador privilegiado de aquello. Ese día, México ganó su primera medalla de oro de los Juegos Olímpicos. ¿Se pueden imaginar en qué? Ni lucha libre, ni clavados, ni marcha, nada más y nada menos que el oriental Taekwondo... Y en la final no había chino, coreano o japonés, sino un hermano dominicano que al parecer es campeón en la categoría. Al principio no entendía nada, los competidores gritaban como si hubieran ganado un punto pero nada, y otras veces en que parecía que no había pasado nada, el marcador cambia a favor de alguno de los jugadores. Después de ver tres o cuatro partidos, que aquí repitieron incansablemente toda la carrera del mexicano hasta el oro, ya logré enterarme un poco más de que se trataba la cosa.

Patada en el abdomen, un punto. Patada en la cabeza, dos puntos. Para que el punto sea válido, los cuatro jueces de esquina tienen que marcarlo, si no, no hay punto. Se juegan tres tiempos de dos minutos cada uno. Si hay empate, se va a un cuarto tiempo de hasta dos minutos, para jugar al punto de oro. Si nadie logra el punto, se va a la decisión de los jueces. Los cuatro jueces de esquina entregan un papelito con su opción. Si hay unanimidad, habemus ganador. Si no, la decisión la toma el árbitro principal, que es el que está sobre el tatami de lucha todo el partido, con la facultad de amonestar a los jugadores si no atacan, se tiran al suelo etc. Dos amonestaciones te quitan un punto. Y eso es, más o menos.

El combate por el oro fue bastante dramático, no sólo porque se llegó al punto de oro después de que terminaran 1 a 1 los 3 tiempos anteriores, además se llegó a la decisión de los jueces, con la tensión que eso significaba. Competidores de frente y el juez levanta la mano derecha, donde se encuentra Guillermo Pérez, señalando que México ha conseguido medalla de oro en un deporte que nadie entiende, pero siempre se agradece. Eso sí, a costa de desequilibrar la balanza de países, que hasta ese minuto yo iba ganando con una de plata... Habrá que ver que pasa los próximos días.

Pero no todo terminó ahí, porque el mismo día en la tarde empezaban las eliminatoriasde la Concacaf para el Mundial 2010, con el partido México - Honduras en el Estadio Azteca. Y yo no sólo vi el partido, sino que lo vi sentado en la tribuna del estadio más grande del mundo, según se dice aquí. Es que desde que la FIFA obligó a Brasil a cambiar los tablones del Maracaná por asientos, ahora el Azteca tiene mayor capacidad, unas 220.000 personas, todo un orgullo para los mexicanos.

El estadio está absolutamente repleto. Se observa en una esquina una mancha blanca y azul, la barra de Honduras, rodeada de una enormidad verde dispuesta a comerse vivos a los hondureños. La pantalla gigante repite el combate de taekwondo y el público vibra, para ir calentando el ambiente. Un litro de cerveza en vaso de cartón Corona y salen los equipos. Abucheos generalizados para los hondureños. Les pifiaron un poco el himno, pero sólo al principio. Himno mexicano y nos ponemos de pie. "Mexicanos al grito de guerra...", que es la única parte que me sé, pero escuchar a 200.000 personas cantándolo fue bastante emocionante.

Consejo si eres arquero del equipo contrario jugando en el Estadio Azteca: cuando tengas que tirar un saque de meta, hazla corta! Que el público mexicano procede a poner las manos al frente, moviéndolas como si tiritaran mientras entonan un "Ehhhhh...." que culmina, en el minuto en el que el arquero patea la pelota, en un estruendoso "puto!" que resuena en todo el estadio. Risa generalizada, pero que toda esa gente te grite, debe ser der terror. La rutina se repite en todos los saques del partido, con más o menos fuerza dependiendo del minuto.

Lo de comentarista deportivo definitavemente no es lo mío, pero alguna breve reseña habrá que hacer del partido. Primer tiempo, México domina el partido pero no consigue meter un gol. Hasta que más menos en el minuto 25 o 30, tiro libre y gol de los hondureños. El estadio enmudece. La barra hondureña salta, pero apenas se escucha. Un hondureño, sentado atrás nuestro, no se atreve a celebrar el golazo (que lo fue), por claro miedo a sufrir un sacrificio al estilo azteca ahí mismo. Termina el primer tiempo y la melancolía ronda el ambiente. Ponen de nuevo el combate del oro mexicano, para intentar subir la moral del público.

Segundo tiempo. Y que no logran concretar el gol. El público empieza a desesperarse, y empiezan a pedir a coro a Cuauhtémoc, que me explican que es todo un personaje, un poco naco, ya entrado en años, pero que sabe ponerle ánimo al equipo, como para dar vuelta el partido. El DT, que a todo esto se estrenaba en este partido, no hace caso, y hace dos cambios, pero Cuauhtémoc brilla por su ausencia. El público está derrotado, y yo me siento como en casa, como en esos partidos en que Chile esta perdiendo con Bolivia o Venezuela en el Nacional y no hay caso de revertirlo. Y lo peor de todo, es que no me quiero volver a Chile son gritar un gol en el Azteca! Hasta más o menos el minuto 25, cuando se anuncia la entrada de Cuauhtémoc, un señor sin cuello, igualito a Pablo Mármol en moreno, y el público revive. En cosa de minutos llega el gol mexicano. El estadio se viene abajo, chilla la gente, tiembla la estructura y vuelan los vasos de cerveza. Pero no todo acaba ahí, porque pocos minutos después, segundo gol mexicano y la euforia ya está a tope. Jolgorio nacional, reflejado a pocos minutos que termine el partido, cuando el estadio entero comienza a entonar "Cielito Lindo" a coro. Que momento! Los mexicanos han respondido al grito de guerra, sufriendo eso sí, pero logrando superar a su difícil rival. Aunque si Chile definiera ante Honduras las eliminatorias, seguro que estamos en Sudáfrica el 2010...

8/19/2008

Yo no quiero ser turista!

Y arranca nuevamente este blog, que durante los próximos 75 días (o quizás más, nunca se sabe) se dedicará unicamente a reseñar todas las alternativas que ofrece la interminable Ciudad de México! Pero, eso sí, creo que voy a cambiar el formato del mail eterno, que al final me agotaba yo de escribir y ustedes de leer, así que he decidido abarcar poco en los posteos, para no marearlos...

Como siempre que uno aterriza en alguna parte la pregunta de rigor es ¿cómo estuvo el vuelo? pues respondo. Muy bien! Lan Chile es mi aerolínea, porque a pesar de el señor roncando y la niña mañosa chillona, el viaje estuvo muy agradable. Despegué de Santiago con lluvia, esperando el sol en el DF. Aterricé en medio de una tormenta eléctrica, tal como la que ahora mismo observo... Es que aunque sea verano, acá la tónica es nubes y algo de lluvia todos los días, pero con una temperatura muy agradable, así que no me quejo! Venía con miedo de sufrir mal de altura, que yo conocí San Pedro de Atacama y el Lago Chungará bajo los efectos del Dramamine. Sin embargo, la altura sólo se ha manifestado como una pequeña sensación de mareo que según se mire podría considerarse hasta agradable, como quien ha tomado vino y se siente que le entra el sueño de a poco...

Pero bueno, ahora mismo me quería enfocar en un aspecto fundamental de esto de viajar: ser turista. Yo pensé que igual podía ser que pasara desapercibido por aquí, pero y llegando Gustavito me dijo que imposible: no puedo tener más pinta de extranjero... Y la verdad es que tiene toda la razón. Si es pasear por cualquier calle, entra a cualquier restorán o subirte a cualquier vagón del metro, y soy el único de los presentes al que le falta una cosa y le sobra otra. Me falta, evidentemente, embadurnarme la cabeza con litros de gomina cada mañana, para moldearme el pelo en un sinfín de estilos, que es otra cosa que he descubierto. No sólo sirve para peinarte para atrás, como tanto le critiqué a Gustavo cada vez que nos reencontramos, sino para elevarte una cresta, moldear un jopo al estilo Elvis, o simplemente para fijar tu pelo ondulais de forma absolutamente innecesaria, que si no te hubieras puesto gel se vería exactamente igual... En todo caso, para eso ya venía preparado. Pero lo que me sobra, que me distingue también de cualquier mexicano que me he topado hasta ahora, si me pilló más desprevenido: la barba... No creo que sea mal visto, pero bueno, el caso es ue nadie usa barba en esta ciudad. Lo más cercano es el bigote, pero para eso tienes que tener más de 40, antes no se usa. Súmale que la barba es roja y te cuento... Así que me quedan dos posibilidades, o afeitarme y engelarme o quedarme tal como estoy. Lógicamente, me quedo con la segunda. Por ahora, aspiro a pasar por inmigrante que vive en la ciudad.

La estrategia es clave: caminar rápido y poner cara de saber adonde vas. Todavía no me resulta demasiado, sobre todo porque no logro ubicarme muy bien. Además, para Gustavo soy como un niño que quiere independizarse muy rápido, ya me tiene prohibido salir a tierra en las siguientes estaciones de metro: Tepito, Lagunilla y Merced. También me prohibió Garibaldi (la estación, no el grupo), pero estamos en conversaciones al respecto... Es que mi abuela me comentó de la Plaza Garibaldi, donde hace años un amigo de ellos cantó "Volver" con los mariachis, e incluso mejor que ellos, en una tarde de paseo por ahí. Quedamos en que puedo ir pero acompañado, con él y sus amigos cuando llegue Marta.

Pero volviendo a la estrategia, es fundamental ubicarse. De a poco me voy ubicando en el metro, que es probabemente, otro de los grandes espectáculos de esta ciudad... Al parecer hay como 14 líneas, y yo por ahora voy conociendo 3. Curiosidades varias: además de que las líneas tengan color, cada estación tiene una especie de logo que la identifica. El problema es que en muchas estaciones el nombre no se ve por ninguna parte, y tienes que identificar donde estás por tu propio sentido de la orientación, o por el logo este, que sumado a que muchos de los nombres son dioses aztecas, a mi me ha parecido tan complicado como aprenderse los kanjis japoneses...

¿Pichiruchi 100 pesos? El comercio ambulante del DF no se reduce sólo a las micros, el metro estálleno de personajillos subiendo y bajando vendiendo desde linternas por 500 pesos a libro de historia mexicana, empastados y con tapa dura, por luca... Se suben con una mochla/parlante entonando a Vicente Fernández pra vender un cd con 200 canciones de rock, tamie por 500 pesos. Pero a nivel espectáculo, lo más increíble fue que se sube un tipo bajito, sin polera, cargando una especie de paño. Con el metro andando, abre el paño en el quelo, que resulta estar lleno de pedazos de vidrio, botellas rotas y demases, además de una que otra moneda entre medio. mpieza a abalanzarse con fuerza encima del montón de vidrio roto, los brazos, las manos, el pecho, mientras pide una moneda y explica que prefiere dedicarse a esto que robar en la calle...

Me habían advertido que el metro iba repleto y bla bla bla, pero bueno, como santiaguino que soy eso no me llamó la atención en absoluto. Pero cuando me tocó hcer cambio de línea en la estación Pino Suárez a las 6 de la tarde, presencié cosas absolutamente desquiciadas... Mientras nos cercamos al andé, na policía detrás de un cartón negro bloquea la entrada y chilla cada 30 segundos "sólo mujeres", como si no la hubiésemos escuachado la primera vez. Está bien, si se sienten más seguras yendo solas en su vagón, problema de ellas, irán igual que apretadas que el resto, seguro. Pero me acerco al lado donde sí podía entrar y me topo con una fila de unos diez policías, todo gritando a viva voz "Avance, avance" en la cara de cada uno de lo pasajeros que se le cruza. Los más creativos añaden "Avance hasta el final del andén" o, mejor aún, "Avance que está bloqeando la pasada"... El coro infernal no se acaba nunca, llega el metro y ya con las puertas cerradas sigues escuchando "avance, avance". Nunca en mi vida me había sentido tan parecido a una oveja, un chancho o una vaca.

8/14/2008

Voy y vuelvo!


6/12/2008

Pajarracos de Sevilla

Capítulo Primero: Tiburcio se despierta


Amanecía cuando el gorrión Tiburcio se despertó al calor de su nido. Se arregló las plumas, se limpió el pico en una rama y decidió desayunar. Tiburcio sabía que encima de su nido vivía Belisario, el halcón, por lo que voló silencioso y a ras de suelo y se posó en el balcón de la Fofí. Allí encontró las miguitas de pan que le habían puesto el tío Ignacio, el tío Jorge, el tío Guillermo y el tío de Diego. Al poco rato llegó Don Braulio. Don Braulio le contó que se había quedado solo el día anterior porque su señora y sus niños se habían marchado a Cantabria a comer el maíz tierno de Los Tojos.



Capítulo Segundo: Baldomera pide posada al balcón de la Fofí

Una noche de invierno, estaba el Fofó y la Fofí fumándose un porrete cuando se oyeron unos golpecitos suaves en el cristal de la ventana. Se asomaron y vieron una bellísima paloma que temblaba de emoción o de frío junto a un palomo escuálido y dijeron llamarse Baldomera y Filiberto. Tenían hambre y sueño y querían permiso para dormir en el balcón de la Fofí. Esa noche hicieron mucho cacafú y al día siguiente la Fofí les echó por sucios pero les dejó venir a desayunar todos los días. Al mes siguiente ocurrió la desgracia… Filiberto de confió demasiado en sus vuelos, se alejó del amparo de los árboles y Belisario cayó sobre él como un rayo, degollándole de un solo picotazo y dejando a Baldomera viuda. Como Baldomera era paloma de buen ver, no le faltaron buenos pretendientes, guapos y feos, jóvenes y viejos, ricos y pobres. Pero ella escogió a Federico Alejandro.

En un próximo capítulo contaremos la historia de Federico Alejandro.


Capítulo Tercero: Evaristo, el pato glorioso

En el estanque del parque, Evaristo es el pato más famoso de Sevilla. Con sus plumas rojas, verdes y azules, va con la cabeza muy levantada por la isleta y todos los patos le saludan. Evaristo debe su fama a un acto heroico que ningún pato pudo olvidar: Evaristo salvó a la anciana pata Romualda cuando el halcón Belisario ya casi la tenía en sus garras. En ese momento hizo un quite que despistó al halcón y con riesgo de su vida se quedó frente a frente con el monstruo, mientras la anciana Romualda ganaba la espesura.


Capítulo Cuarto: El famoso viaje de Tiburcio al norte de España

Como dijimos en el capítulo primero, Don Braulio explicó a Tiburcio el viaje de su señora e hijos al norte de España. Como habían pasado varias semanas sin noticias de los viajeros, Don Braulio dijo a Tiburcio que saliese en busca de los ausentes. Tiburcio se asustó porque Cantabria a 800 km de Sevilla y necesitaban varias semanas para llegar, pero Don Braulio insistió tanto que Tiburcio se arriesgó a ir.

Capítulo Quinto: Tiburcio conoce a Federico Alejandro

Cuando Tiburcio legó a Ciudad Real, Tiburcio conoció al futuro esposo de Baldomera, Federico Alejandro. Federico Alejandro le contó su historia a Tiburcio. Mónica su ex esposa estaba yendo a visitar a su madre Jeannette. Mónica y Jeannette fueron a casa de Mónica, porque Jeannette quería ver como estaba Federico Alejandro, pero cuando llegaban un águila las capturó y las comió. Así Federico Alejandro quedó sin familia, y Tiburcio casi llorando, le dijo adiós y se fue.

Capítulo Sexto: Tiburcio enferma por el bullicio de Madrid

Al llegar a Madrid, Tiburcio se enfermó gravemente por su bullicio, y Juan que era un amigo que Tiburcio conoció lo ayudó. Juan debía ir a Chile donde justo vivían los nietos del Fofó y la Fofí. Tiburcio ya estaba a punto de perder la respiración y no podía volar ahí. Juan no tenía tiempo de llevarlo hasta Segovia pero él se esforzó y lo llevó hasta Segovia, pero eso demostró un gran símbolo de amistad porque si Tiburcio se hubiera quedado en Madrid no hubiera podido resistir pero gracias al buen corazón de Juan, Tiburcio se salvó.

Capítulo Séptimo: Por fin aire puro

Ya llegando a Segovia, Tiburcio se recuperó de su enfermedad y pudo volar. Ahí se despidió de Juan, y Juan le contó que él se dirigía a La Serena, Chile, en la Plaza de Armas. También le contó que las palomas chilenas son muy tímidas y no se posan en las manos de la gente para comer. Y ahí se despidieron los dos, Tiburcio y Juan muy felices para que llegue Tiburcio bien y sano a su destino, Cantabria.

Capítulo Octavo: Cantabria a la vista

Ya en su último viaje, Tiburcio lo pasó muy bien vio Valladolid y Palencia y llegó a su destino final Cantabria. Ahí encontró a la familia de Don Braulio. Su señora muy impresionada le preguntó por qué había ido tan lejos y Tiburcio le contó paso a paso lo que hizo y lo que le pasó. Tiburcio se quedó en Cantabria una semana, y entonces después muy feliz y descansado, Tiburcio decidió volver a Sevilla.

Capítulo Noveno: ¡Sevilla ahí voy!

Tiburcio no tuvo problemas en volver, sólo se desvió para no pasar por Madrid, y cuando llegó se encontró una gran sorpresa, Federica Alejandro y Baldomera se casaban ese día en la noche y le tenían otra gran sorpresa, Belisario, el halcón, se hbía arrepentido y hora no atacaba a nadie, y fueron tan buenas las sorpresas que gritó de alegría y fue a la misa de bodas de Federico Alejandro y Baldomera.

Décimo y último Capítulo: La Fiesta

Al otro día don Braulio y todos sus amigos le hicieron a Tiburcio una fiesta en el parque y primero todos fueron al balcón de la Fofí que les dio un saco de migas de pan para que celebren y ahí fueron al estanque de los patos para visitar a Evaristo y Romualda y también fue Belisario y ahí terminaron la historia de “Los Pajarracos de Sevilla”.

FIN

Nota del Autor: ¡Un homenaje a la nostalgia! Ésta es una publicación conjunta de Vuelve a Melmac y este blog. Faltaría el blog de mi abuelo, el tercer (o más bien primer) autor, pero como la tecnología lo pilló un poco tarde, ese blog no existe. Que si existiera, seguro sería de los más interesantes y visitados de España! A ver si la publicación de esta magnánime obra, que me ha tenido obsesionado desde enero, me devuelve un poco la inspiración, que ando un poco errático en las lides bloguísticas. La coautora y yo tenemos una duda: ¿lo de "pajarracos" es una cosa que se dice normalmente o una excentricidad que tenemos muy bien asimilada? No nos queda muy claro.


5/26/2008

Cosas para mirar

Un guiño a la Cata, a ver si resucita el auténtico Cosas para mirar.

Una de las lecciones que más me llamaron la atención de lo aprendido en Ecología Urbana fue el aprender a mirar la ciudad de otra forma. Ellos se referían a planificación urbana, expansión, densidad, pero yo me quedé con simplemente mirar y sacar conclusiones. El viernes pasado, cuando salió el sol después de días lluviosos, me pasé casi todo el día caminando y haciendo observaciones. Un resumen de lo que pude ver:

- El restorán El Cantábrico no sirve cocido, sino chorrillanas.
- Ante un peatón imprudente que cruza corriendo la Alameda, el conductor primero toca la bocina y después frena.
- Existe la Brahma Bock.
- El café Entre Obispos podría llamarse Entre Pérez y Donoso.
- El peatón santiaguino es experto en eludir pozas de agua.
- Pero no tanto en eludir barro.
- A los turistas de la tercera edad les gustan los parques.
- A los turistas más jóvenes les gustan los kebabs.
- A las 13:00, las micros están hasta sin chofer.
- El color negro debe estar de moda.
- Las bufandas no.
- Mi tataratatarabuelo es lo suficientemente famoso como para tener una calle, pero no le dio para estación de metro.
- Los famosos de Hollywwod no deben saber que se cortan el pelo al lado del Passapoga.
- Hay gente con la suficiente personalidad como para andar de shorts, jockey y crocs verdes paseando por la calle.
- Una hoja de cuaderno escrita "cerrado por colación" es suficiente para cerrar una tienda.
- Las fiestas universitarias empiezan a las 14:00 y terminan a las 21:00.
- La Casa Blanca vende vestidos morados.
- Me gustaba más Providencia con General del Canto cuando existía La Pez Era.
- Las mayúsculas no se acentúan, se les pone un apóstrofo.
- Los abuelitos todavía se dan vuelta a mirar a la gente con pelo rosado.
- La globalización ha logrado que Rusia y Arabia estén separadas por una sóla pared en Santiago.
- El dólar sube a 2 pesos por cuadra, aproximadamente.
- Los pingüinos usan el día libre para poncear.
- Los kioskos guardan las latas de bebida abajo de las botellas.
- El Lugar sin Límites tiene un dueño malhumorado.
- No existe una única Nefertiti.
- Las portadas de The Clinic alegran el día.
- Hoy debe ser un buen día para conocer el Giratorio.
- Padre Mariano necesita un semáforo para peatones.
- Luciano Cruz-coke con bigotes se parece a Groucho Marx.
- Los bancos dicen que los años de oro se viven con plata.
- La palabra fusión está de moda.
- Santiago no está diseñado para gente muy alta.
- Los estacionamientos subterráneos deben ser buen negocio.
- El Blockbuster no.
- Las tiendas de libros usados en inglés tampoco.
- Todavía existen productos que se pueden sacar a cien.
- Hay demasiada gente en el Portal Lyon.
- Es difícil ponerle nombre a una confitería.
- Es imposible recuperar las letras caídas de un cartel.
- A las 18:07, hay colas en todas partes.
- "Bienaventurados los que creen en los pasos de cebra, pues serán los primeros en ver a Dios".
- Los plátanos orientales deben ser muy baratos.
- Hay franceses paseando por Santiago como si fuera París.
- La Vera Pizza plagió a la familia del Jota.
- El rastrillo es una herramienta subvalorada.
- Los arrollados que venden en la calle no son huasos, sino primavera.
- La nueva casa de vidrio parece que es una oficina de información turística.
- Soy incapaz de encontrar la nueva sucursal del Tomodachi, aún sabiendo la dirección.

Para los que hayan llegado hasta aquí, les cuento que encontré la versión final de "Pajarracos de Sevilla", tras dos horas de navegar por la bodega! Y no sé si mi subconsciente me jugó una mala pasada, o si cuando era chico tenía más criterio del que yo creía, pero lo de las palomas negras no está en la edición final, del año 1993. Prometo una transcripción íntegra, la que se hará en conjunto con el blog de la Xixi, que publicará las ilustraciones. Están avisados!

5/07/2008

Leones mojados

Piensen en un día lluvioso de invierno. Con harto frío, caminando en la mañana debajo del paraguas, lo más rápido posible para no mojarse cuando, de la nada, aparece un auto a alta velocidad justo en el minuto en que tú caminas frente a un charco de agua... Como en el comercial noventero de Tapsin u otro medicamento del estilo, ese de los hermanos que, tras ser empapados por el conductor demoníaco, vuelven a su casa indignados y resfriados a pasar la gripe. Una clásica imagen de invierno.

Pero ¿podría una situación del estilo darse en otra estación del año? Dificilmente, creerán, a menos que sean yo y les pase lo que me pasó ayer.

Mediodía de un tibio y seco día de Mayo. Cielo completamente despejado, con el calor suficiente como para desprenderme de la bufanda y colgármela en el bolso mientras camino por Los Leones en dirección a la casa de mi amiga Teresita, quien me espera para ir de visita a terreno a los estacionamientos subterráneos de la Escuela Militar. Camino relajado, pero a paso rápido, absorto en quién sabe qué, cuando en dirección opuesta a mí una enorme micro troncal del Transantiago viene a toda velocidad. Una escena absolutamente normal, en cualquier caso, si no fuera porque a medida que se acercaba comenzaba a tomar forma una enorme ola café, en dirección a mi persona. Todo un charco de agua estancada me bañó de pies a cabeza, mientras infructuosamente traté de taparme lo más posible, y ante la mirada de dos señores que venían caminando en contra mío y que presenciaron el lamentable espectáculo.

Con una mezcla de ira y vergüenza traté de salir al paso dignamente. Terminado el chapuzón, seguí caminando al ritmo que llevaba, ignorando por completo a uno de los señores que algo me dijo cuando pasé junto a él. No sé si quería compartir el sentimiento o reírse de mí, pero no estaba yo como para ponerme a comentar el incidente. Desamarré mi bufanda del bolso para secarme un poco el pelo y la cara, mientras miraba como estaba manchado con gotas grises en toda la ropa, y pensaba que estas cosas sólo me pueden pasar a mí...

Sólo me queda preguntarme, ¿de dónde salió esa poza de agua? ¿No la vio el micrero antes de pasar a toda velocidad por encima? Tiendo a pensar que no, pero quien sabe, a lo mejor es parte del nuevo programa de entretenimiento a bordo del Transantiago...

4/28/2008

Números

El seis es mi número favorito desde que tengo seis años. Alguien me preguntó alguna vez cuál era mi número favorito, y probablemente por falta de originalidad, dije seis. Era mi edad en ese entonces. No tenía más razón que esa. Cuando cumplí siete me vi en una encrucijada, ¿cambiar o no cambiar el número favorito? No sé si tiene mucho sentido tener números favoritos, pero yo me quedé con el seis para siempre.

El siete viene justito después del seis. Un número muy recurrente: los días de la semana, las notas musicales, las vidas del gato, las maravillas del mundo, las artes, los chakras, los colores del arcoiris, los sabios de Grecia, los reyes de Roma, las virtudes del budismo, y los tomos de Harry Potter, entre otros. (Gracias Wikipedia).

Pero es el siete también un número muy bíblico: los días de la creación, los pecados capitales, los sacramentos, las virtudes teologales, los dones del Espíritu Santo, los sellos del Apocalipsis... No es de extrañarse entonces, que en un país de tradición reliogiosa como Chile, el siete sea también la nota máxima que se puede alcanzar en cualquier evaluación.

Seis, siete. En conjunto, mi número del día de hoy. ¡Mi nota en el examen de grado!

A sólo un punto del siete. Mejor todavía. Significa que aún no he llegado a la cima, jejeje, y ya que no quiero alcanzarla siendo tan joven, lo dejo para más rato. Por ahora, me quedo con mi casi perfecto 6,7. Yupi!

4/16/2008

Pan y Circo

Pretendía que mi regreso a las pistas fuera más alegre, pero por esas cosas que pasan me he visto envuelto en una situación que solo puede calificarse como desagradable. Y como la fuente de esa situación fue nada más y nada menos que Internet, ahora me aprovecho de Internet para descargar mi ira.

La historia se remonta al año 2005, cuando, como muchos ya saben, agarré mis maletas y me fui en vuelo casi directo (con escalas en Sao Paulo y Zürich) a Madrid, de intercambio académico por 7 meses. Tuvo poco de académico, porque en realidad, más que volver con un montón de conocimientos nuevos, volví con un montón de experiencias y amistades que me marcaron la vida. Así de tajante y siútico, pero no por ello menos cierto. Y bueno, entre muchas cosas que viví allá, cuando llegó el verano europeo, estábamos casi de vacaciones y a punto de volver cada uno a nuestros países originales, nos enteramos por la prensa de la celebración del día del orgullo gay en las calles de Madrid. Mi núcleo de amistades (constituido por dos polacas, un mexicano y un chileno, o sea yo) jamás en la vida había presenciado un acto así, así que nos unimos a nuestros amigos europeos occidentales (más acostumbrados a este tipo de espectáculos) para ir a ver como desfilaban las carrozas por la Plaza Cibeles. Jamás había visto cosa igual. Las polacas, Marta y Kasia, tenían un cinturón o algo así con los colores del arcoiris, el cual nos cedieron a Gustavo, el mexicano, y a mí, para que nos lo pusiéramos en la cabeza y estar más ad-hoc con el ambiente. Así que ahí estábamos, los de los países en vías de desarollo (Polonia, México y Chile), con los italianos, franceses y griegos, en medio de hordas de madrileños bailando y disfrutando un show que a todos nos sorprendió bastante. Lo pasamos muy bien. Sacamos muchos fotos. En fin, fue una experiencia más de las muchas vividas allá en la capital de la Madre Patria.


Pasemos a Chile. Santiago, Abril de 2008. Gustavo había publicado en su facebook algunas fotos de los periplos por Madrid. Uno de los álbumes de fotos está exclusivamente dedicado a esto del día del orgullo gay. En una de las fotos, pongo un comentario, opinando que esa debería ser una foto prohibida, en alusión a una supuesta foto mía en las playa de Maspalomas en las Islas Canarias. Y añadiendo que tenemos que buscar a Guillaume, nuestro amigo francés amante de la montaña, del cual no sabemos nada hace más de un año. Hasta aquí todo normal.


Pero, oh no! Gustavito olvidó que México no es como Chile. Ni Polonia tampoco. Ni España, para que decirlo... Porque al dejar este comentario en la foto, automáticamente mi lista de amigos de facebook tuvo acceso a verla. Tonto también yo, por no saber ubicarme en un país como este en el cual nací... Hoy me entero que entre mis compañeros del último colegio en que estuve, mi único colegio santiaguino, está circulando un mail que contiene esta foto, bajo el rótulo "Concha gay?". Con Concha se refieren a mi, que en este colegio la forma de fomentar la identidad propia pasa por tratarse por los apellidos, cosa que mi mentalidad provinciana (mucho más sana, de más esta decirlo) nunca logró digerir por completo. El mail ha estado circulando entre mis "compañeros" (paradójico es que algunos de ellos sepan tan poco sobre compañerismo) sin que yo supiera nada al respecto, hasta que me enteré hoy por terceras personas de su existencia. El mail no lo he visto, pero tras una que otra llamada ya puedo describirlo.


Me di como plazo hoy mismo para enojarme. Mañana olvidaré el tema. Pero aprovecho esta humilde tribuna para descargarme a costa de mi fiel público, en el cual seguro que no está el imbécil que me está provocando este mal rato. Mi paso por ese colegio fue bastante circunstancial y fugaz. Estuve los últimos dos años, recién llegado de La Serena, de haber estado en dos colegios chicos, laicos y mixtos, para llegar a este otro enorme, católico y de puros hombres. Mi paso por ahí fue más bien sin pena ni gloria. A algunos de mis compañeros no los veo desde la fiesta de graduación, en diciembre del 2001. Jamás tuve problemas con nadie. No he tenido ningún contacto con la mayoría en los últimos 7 años. Por ello, más me sorprende que alguno haya agarrado esta foto, para descontextualizarla y escribir un mail con la única mala intención de cahuinear (el verbo de chisme, para los extranjeros) sin fundamento alguno. A mis espaldas, y usando material de dominio público en Internet. Como si yo fuera tan idiota como para tener material que considere comprometedor publicado en cualquier parte. Es lo que hace el ocio, la tontera y la envidia.


La foto en cuestión, que ahora es mi foto de cabecera en facebook, es la siguiente. El lector con un mínimo de inteligencia se dará cuenta que la foto no es más que tres amigos haciendo el loco en el centro de Madrid.




Lo más triste de todo esto es que yo no tengo 15 años. Por ende, mis compañeros de colegio tampoco. Se trata de hombres de 24-25 años, a algunos de los cuales aún les cuesta superar la pubertad. Salidos de un colegio donde a ninguno le falta el pan. Lo que les faltaba a algunos estas semanas era el circo.