8/22/2008

Carrusel Deportivo

Tendrán que perdonarme si caigo en sonsos errores de tipeo, pero es que los teclados de este local no están en muy buenas condiciones... Haré mi mejor esfuerzo!

Una de las cosas que más me han gustado de México es que he podido retomar una costumbre provinciana que había dejado en el olvido llegando a vivir a la capital, articulizar los nombres propios! Con toda comodidad y sin miedo al ridículo puedo preguntar por el Eduardo, el Adrián o el Gustavo, con una facilidad que no recordaba tener. Algo de serenense hay todavía en mí!

Pero no es ese el tema que quiero discutir hoy. Es que el 20 de Agosto fue un gran día para el deporte mexicano y tuve la posibilidad de ser espectador privilegiado de aquello. Ese día, México ganó su primera medalla de oro de los Juegos Olímpicos. ¿Se pueden imaginar en qué? Ni lucha libre, ni clavados, ni marcha, nada más y nada menos que el oriental Taekwondo... Y en la final no había chino, coreano o japonés, sino un hermano dominicano que al parecer es campeón en la categoría. Al principio no entendía nada, los competidores gritaban como si hubieran ganado un punto pero nada, y otras veces en que parecía que no había pasado nada, el marcador cambia a favor de alguno de los jugadores. Después de ver tres o cuatro partidos, que aquí repitieron incansablemente toda la carrera del mexicano hasta el oro, ya logré enterarme un poco más de que se trataba la cosa.

Patada en el abdomen, un punto. Patada en la cabeza, dos puntos. Para que el punto sea válido, los cuatro jueces de esquina tienen que marcarlo, si no, no hay punto. Se juegan tres tiempos de dos minutos cada uno. Si hay empate, se va a un cuarto tiempo de hasta dos minutos, para jugar al punto de oro. Si nadie logra el punto, se va a la decisión de los jueces. Los cuatro jueces de esquina entregan un papelito con su opción. Si hay unanimidad, habemus ganador. Si no, la decisión la toma el árbitro principal, que es el que está sobre el tatami de lucha todo el partido, con la facultad de amonestar a los jugadores si no atacan, se tiran al suelo etc. Dos amonestaciones te quitan un punto. Y eso es, más o menos.

El combate por el oro fue bastante dramático, no sólo porque se llegó al punto de oro después de que terminaran 1 a 1 los 3 tiempos anteriores, además se llegó a la decisión de los jueces, con la tensión que eso significaba. Competidores de frente y el juez levanta la mano derecha, donde se encuentra Guillermo Pérez, señalando que México ha conseguido medalla de oro en un deporte que nadie entiende, pero siempre se agradece. Eso sí, a costa de desequilibrar la balanza de países, que hasta ese minuto yo iba ganando con una de plata... Habrá que ver que pasa los próximos días.

Pero no todo terminó ahí, porque el mismo día en la tarde empezaban las eliminatoriasde la Concacaf para el Mundial 2010, con el partido México - Honduras en el Estadio Azteca. Y yo no sólo vi el partido, sino que lo vi sentado en la tribuna del estadio más grande del mundo, según se dice aquí. Es que desde que la FIFA obligó a Brasil a cambiar los tablones del Maracaná por asientos, ahora el Azteca tiene mayor capacidad, unas 220.000 personas, todo un orgullo para los mexicanos.

El estadio está absolutamente repleto. Se observa en una esquina una mancha blanca y azul, la barra de Honduras, rodeada de una enormidad verde dispuesta a comerse vivos a los hondureños. La pantalla gigante repite el combate de taekwondo y el público vibra, para ir calentando el ambiente. Un litro de cerveza en vaso de cartón Corona y salen los equipos. Abucheos generalizados para los hondureños. Les pifiaron un poco el himno, pero sólo al principio. Himno mexicano y nos ponemos de pie. "Mexicanos al grito de guerra...", que es la única parte que me sé, pero escuchar a 200.000 personas cantándolo fue bastante emocionante.

Consejo si eres arquero del equipo contrario jugando en el Estadio Azteca: cuando tengas que tirar un saque de meta, hazla corta! Que el público mexicano procede a poner las manos al frente, moviéndolas como si tiritaran mientras entonan un "Ehhhhh...." que culmina, en el minuto en el que el arquero patea la pelota, en un estruendoso "puto!" que resuena en todo el estadio. Risa generalizada, pero que toda esa gente te grite, debe ser der terror. La rutina se repite en todos los saques del partido, con más o menos fuerza dependiendo del minuto.

Lo de comentarista deportivo definitavemente no es lo mío, pero alguna breve reseña habrá que hacer del partido. Primer tiempo, México domina el partido pero no consigue meter un gol. Hasta que más menos en el minuto 25 o 30, tiro libre y gol de los hondureños. El estadio enmudece. La barra hondureña salta, pero apenas se escucha. Un hondureño, sentado atrás nuestro, no se atreve a celebrar el golazo (que lo fue), por claro miedo a sufrir un sacrificio al estilo azteca ahí mismo. Termina el primer tiempo y la melancolía ronda el ambiente. Ponen de nuevo el combate del oro mexicano, para intentar subir la moral del público.

Segundo tiempo. Y que no logran concretar el gol. El público empieza a desesperarse, y empiezan a pedir a coro a Cuauhtémoc, que me explican que es todo un personaje, un poco naco, ya entrado en años, pero que sabe ponerle ánimo al equipo, como para dar vuelta el partido. El DT, que a todo esto se estrenaba en este partido, no hace caso, y hace dos cambios, pero Cuauhtémoc brilla por su ausencia. El público está derrotado, y yo me siento como en casa, como en esos partidos en que Chile esta perdiendo con Bolivia o Venezuela en el Nacional y no hay caso de revertirlo. Y lo peor de todo, es que no me quiero volver a Chile son gritar un gol en el Azteca! Hasta más o menos el minuto 25, cuando se anuncia la entrada de Cuauhtémoc, un señor sin cuello, igualito a Pablo Mármol en moreno, y el público revive. En cosa de minutos llega el gol mexicano. El estadio se viene abajo, chilla la gente, tiembla la estructura y vuelan los vasos de cerveza. Pero no todo acaba ahí, porque pocos minutos después, segundo gol mexicano y la euforia ya está a tope. Jolgorio nacional, reflejado a pocos minutos que termine el partido, cuando el estadio entero comienza a entonar "Cielito Lindo" a coro. Que momento! Los mexicanos han respondido al grito de guerra, sufriendo eso sí, pero logrando superar a su difícil rival. Aunque si Chile definiera ante Honduras las eliminatorias, seguro que estamos en Sudáfrica el 2010...

5 comentarios:

Unknown dijo...

Por favor... no sabes como me gustaría presenciar que Chile le gane a Honduras en un partido de repechaje.... sonzo!! dejanos presumir la falsa victoria jajajaja

Anónimo dijo...

Gustavito, te comento que Chile va 3° en las clasificatorias hacia Sudáfrica (aunque déjame presumir por un rato porque la próxima fecha jugamos contra Brasil, quienes van en la 4° posición)... como te queda el ojo? Ahora Juano, no sabes como me acordé del partido que fui a ver en el San Siro (Inter-Roma), de similares características me imagino que el estadio Azteca... es impresionante como vibra el estadio cuando el equipo local mete un gol... Saludos!

Unknown dijo...

juano que te paso???? Ahora estàs futbolero!! quien lo diria tu comentando un partido de futbol...
este blog pasara a la historia

Unknown dijo...

juano que te paso???? Ahora estàs futbolero!! quien lo diria tu comentando un partido de futbol...
este blog pasara a la historia

Unknown dijo...

empatice con el arquerito de Honduras... del terror su situacion! Fuera de ser llamado como un cualquiera durante su juego, el tipo no tiene talento alguno...